Honestidad brutal: hay tantas posibles causas de la rosácea, que resulta dificilísimo dar con aquella que origina específicamente la afección. Enumeremos algunas: herencia genética, una bacteria del sistema digestivo, venas mal formadas, acumulación de ácaros microscópicos que suelen vivir en los folículos del pelo… Lo cierto es que la rosácea, el enrojecimiento de la piel, sobre todo de la cara, con complicaciones que pueden llegar a provocar acné o bultos, se complica con el frío, el viento, el estrés, las bebidas calientes, las comidas picantes, el alcohol… Lo has adivinado: el invierno es temporada alta para la rosácea. Te contamos cómo aplacarla y disimularla.
Lo fundamental ante una posible rosácea es no confundirla con un eccema o una dermatitis, pues el tratamiento es totalmente distinto. Pero, sobre todo, no dejarse vencer por el desánimo de ver la piel enrojecida y el picor (o incluso el dolor) que la puede acompañar. Estamos ante una afección que no tiene cura, pero sí podemos atenuarla y disimularla con cambios consistentes en la dieta (di adiós a todos los excitantes y los lácteos y reduce azúcar, fritos y carne roja), control del estrés y cosmética rigurosamente orgánica. Paralelamente, puedes probar tratamientos con láser (luz pulsada en los casos más superficiales) o incluso bótox.
La higiene, no abusar del agua caliente ni en la ducha, evitar tratamientos y técnicas cosméticas agresivas y recurrir al hielo cuando tenemos la piel inflamda nos pueden ayudar muchísimo. Tanto como algunas cremas especialmente formuladas para tratar la rosácea, como la popular primer con color Cicapair Tiger Grass Coloe Correcting Treatment, de Dr. Jart, con centella asiática, una mezcla herbal y protector solar 30 SPF. También la CC Cream más vendida en Estados Unidos, de la firma It Cosmetics y creada por una reportera de televisión precisamente para disimular su rosácea. Objetivo conseguido: la borra.
Atención también a las cremas con cannabis, con propiedades relajantes, analgésicas y antiinflamatorias que van muy bien a las pieles reactivas. Cuando decidamos tapar la rosácea con un buen trabajo de maquillaje, es importante elegir siempre correctores de color verde, que son los que neutralizan las rojeces. En el caso de tener rojeces muy marcadas, los maquilladores profesionales aconsejan aplicar primero el corrector verde y, sobre él, extender otro de un color similar al de la piel, antes de aplicar el fondo de maquillaje. No quedará ni rastro.
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