No descubrimos la pólvora: en cuanto una tendencia se vuelve irresistible, comienzan a ponerse de moda sus antípodas. Hace meses que estamos viendo la creciente sofisticación de los maquillajes, cada vez más llamativos e inventivos y hasta con todo tipo de pegatinas y decoraciones. Lógicamente, su contrario sube como la espuma: el maquillaje híper natural, el ‘no make-up make-up’, el efecto ‘buena cara’. Una de las famosas más aficionadas a este tipo de look es Lily Aldridge, tanto que a veces solo podemos afirmar que va maquillada porque ha acreditado a algún maquillador en la foto. Es dificilísimo conseguir ese tipo de invisibilidad, pero podemos ensayar algunos trucos profesionales para lograrlo.
Los tres básicos de este tipo de look son primer, base, corrector e iluminador. El peligro aquí es un acabado cargado, amarronado en el peor de los casos, muy sospechoso. El truco está en utilizar muy poca cantidad de producto, lo mínimo imprescindible para cubrir. Y en insistir muchísimo con la esponja aplicadora, de forma que se funda perfectamente. Si tienes la piel grasa o que tiende a brillar, puedes recurrir a los polvos, pero que no tengan efecto bronzer. Cuanto más invisibles, mejor.
Una vez que has conseguido maquillar tu piel de la manera más ligera posible y sin que se noten las capas, solo tienes que realzar mínimamente tus rasgos. El primer paso es utilizar el colorete que más entone con el color natural de tu piel justo allí donde se enrojece naturalmente. Que el brochazo sea muy leve: no queremos recargar. En los ojos, basta cepillar las cejas con un fijadory usar máscara negra en las pestañas superiores. Dos capas como máximo. En los labios, aplica solo un bálsamoincoloro. Conseguirás un rostro natural y atrayente que no parecerá maquillado. Un efecto buena cara espectacular.
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