La nueva normalidad, aunque se aproxima poco a poco, está cada vez más cerca. Podemos salir en horas puntuales del día a dar paseos, en algunas zonas del país las terrazas ya están en funcionamiento y muchas tiendas ya han abierto sus puertas o están a punto de hacerlo. Pero esta vuelta a la normalidad no será a la que antes conocíamos, y es que, muchas cosas han cambiado. Empezando porque hay que pedir cita previa para poder ir a comprar a las tiendas o que las rebajas solo serán online. Pero esto son solo dos de los nuevos cambios.
Sobre todo, la transformación se espera en el mundo de la belleza. Y es que, con la desescalada es donde más dudas se han planteado. ¿Cómo se probará ahora el maquillaje? ¿Cómo nos atenderán en las peluquerías y salones de belleza? ¿Cuáles son las medidas de seguridad? Y estas dudas son solo el principio. Algunos expertos como Paola Gugliotta, Máster en Dermocosmética y fundadora de Sepai y APoEM, ya han vaticinado cómo será el futuro inmediato del mercado de la belleza, la estética y nuestros hábitos cosméticos dando respuestas a muchos más interrogantes de los que nos hemos podido plantear en un primer momento.
Fin de los dosificadores
Esta es una de las primeras herramientas que van a desaparecer. Y no solo los de manos que encontrábamos en restaurantes, sino también esos que incluían cada vez más hoteles para evitar envases: «El avance conseguido en algunos sectores como el hotelero, que comenzaba a cambiar las minitallas de los cuartos de baño por dosificadores de champú, geles o cremas dará un paso atrás. Después de esta situación, es lógico pensar que ningún consumidor querrá compartir estos productos con personas que se hayan alojado previamente», señala la experta.
Más plásticos y residuos
La desaparición de estos recipientes reutilizables hará que se vuelva a los plásticos de un solo uso y no solamente para abaratar costes. Además hay que tener en cuenta las mascarillas, guantes y los botes de los geles hidroalcohólicos: «Es posible que la normativa europea de eliminar los plásticos de un solo uso se vea cuestionada. La razón es que hay pocos materiales alternativos que ofrezcan la posibilidad de envasar monodosis y estos tendrán además que reemplazar a los testers que encontramos en las tiendas de cosméticos, a los dosificadores de los baños públicos, etc. Habría que encontrar la forma de adoptar dosificadores automáticos que no requieran contacto.»
Nuevas formas de probar maquillaje
Esta contaminación también aumenta por la nueva forma de probar maquillaje. En un primer momento tiendas como Sephora han decidido limitar el acceso directo de los clientes a los testers. Es decir, no se podrán probar los productos como perfumes o cremas ni se entregarán muestras personalizadas, como tampoco se harán demostraciones. Después, todo apunta a que los productos y maquillajes se probarán a través de muestras, lo que generará muchos residuos.
«Usar pinceles no esterilizados para probar un colorete o una sombra de ojos o probar un labial sobre el dorso de la mano son gestos difícilmente recuperables. Los testers de productos de tratamiento deberían ser reemplazados por monodosis, y habría que intentar que estas fueran ecológicas. Sin embargo, este último punto supondría una inversión económica enorme», cuenta Paola.
El futuro inmediato de los salones de belleza
Tanto las peluquerías como muchos centros de depilación, salones de manicura y pedicura y centros de belleza en general han abierto ya sus puertas bajo las mayores medidas de seguridad. Estas van desde usar batas desechables, lavar las toallas a altas temperaturas o guardar las pertenencias de los clientes en una bolsa en las peluquerías, o la cita previa, mantener la distancia de seguridad, usar mascarillas, pantallas y geles hidroalcohólicos, entre otras muchas cosas, de forma general. Otros centros además han impuesto, además, sus propias medidas estrictas, como en Sundara, de depilación de cejas, que combina mascarillas y pantallas, ha cambiado su método de depilación con hilo y han instalado felpudos especiales para la desinfección de calzado.
Aún así, «habrá tratamientos a los que nos dé más miedo acceder, como las exfoliaciones corporales, tratamientos con cabezales reutilizables o incluso masajes relajantes. En algunas personas, el miedo al contagio durará mucho tiempo y preferirán evitar este tipo de contactos», lo que disminuirá la demanda de este tipo de tratamientos.
Los nuevos top ventas
Sin embargo, hay productos de los que se dispararán las ventas. Entre ellos, los limpiadores e hidratantes y los cosméticos de acción calmante. «La piel sufrirá más debido a la constante limpieza, no solo de las manos, sino también del rostro, al que limpiaremos cada vez que volvamos de la calle, además de por la mañana y por la noche. Se elegirán más productos con bactericidas, capaces de asegurar una completa exterminación de gérmenes, y esto hará que la piel cambie y se reseque con más facilidad», explica Gugliotta. Por eso también otra de las consecuencias de esto puede ser el encarecimiento de los productos limpiadores.
«Se verán incrementadas las reacciones, los casos de piel sensible, las rojeces y las alergias. La tendencia esperada es que proliferen las pieles sensibles a consecuencia del uso de las mascarillas. Estas generan un microclima favorable para la proliferación bacteriana que puede causar alteraciones y desequilibrios de la microbiota cutánea. Al mismo tiempo pueden provocar inflamación de los capilares y sensibilidad. La piel suda más en ese área y los poros también sufrirán. Las pieles comenzarán a reclamar tratamientos que antes no necesitaban», añade. Por estos motivos se buscarán productos más hidratantes y relipidizantes.
Atención a distancia
Como una solución para el menor tráfico de gente en las tiendas. «¿Por qué ir cuando se puede llamar? Los pequeños negocios sobrevivirán si consiguen reinventar a sus vendedores y consejeros para convertirlos en especialistas en atención telefónica que puedan solucionar las necesidades de cada consumidor a través de videollamadas. Habrá menos flujo de gente en las tiendas y más ventas telefónicas y on-line», sentencia Paola.
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