Si hemos notado más efectos negativos que positivos en nuestra piel durante estos días, lo primero es identificar el problema y averiguar por qué se ha producido. Entonces podremos encontrar una solución a medida. Vanity Fair ha hablado con varios expertos para descubrir cómo conseguir una piel radiante, ahora y siempre.
¿Qué efectos está sufriendo ahora nuestra piel?
El estrés produce niveles de cortisol más elevados de lo normal, que hacen que disminuya el flujo de sangre y la oxigenación en nuestra piel, tal y como explica la farmacéutica especializada en bioquímica y nutrición Leticia Carrera, directora del Centro Médico y asesora en el departamento de Nutrición de la clínica Felicidad Carrera. Los nutrientes no nos llegan de forma adecuada y eso se manifiesta en una piel apagada, pálida y deshidratada. A esa deshidratación se puede sumar la que producen las calefacciones. La exposición a la luz azul de las pantallas contribuye a aumentar el exposoma –daño cutáneo acumulado–. produciendo un “envejecimiento prematuro en la piel”. Según indica Carrera, es normal que estos días haya rebrotes más fuertes de las afecciones que ya sufríamos antes, tales como el acné, la rosácea o incluso la sensibilidad. Pero todo tiene solución. El más fácil de frenar es el daño que producen las pantallas, pues, según Leticia, ya hay estudios que afirman que el uso de maquillaje puede protegernos de la luz azul.
El lado positivo
No todos los efectos del confinamiento han sido perjudiciales para nuestra piel. Le hemos dado una tregua frente al ritmo frenético de vida que llevábamos antes y eso se nota. El doctor Joaquín Domínguez, director médico del Instituto Vila Rovira de Madrid, lo explica: “el hecho de no estar sometida a la contaminación y la radiación solar, principal factor de fotoenvejecimiento de la piel junto con el tabaco, hace que incluso haya podido mejorar la calidad y textura de esta”.
Lo primero: arreglar antes de exponer
La piel es muy sensible a las radiaciones procedentes del sol y es por eso que gran parte de la dermatología y la medicina estética se centra en los daños que provocan en la piel. Si bien las horas en las que hemos podido empezar a salir no eran de gran riesgo de quemaduras solares por no estar en mitad del día, a medida que se levantan las barreras no debemos bajar la guardia con el cuidado cutáneo. La vitamina D es esencial en nuestra vida, pero hay que prepararse antes de recibir dosis desde cero.
El primer paso debe ser siempre una buena limpieza que garantice la salud de nuestra piel, acompañada de un buen protocolo de hidratación. Es algo en lo que coinciden los cuatro expertos con los que hemos hablado. Podemos recurrir a algún tipo de peeling suave o incluso a tratamientos láser de baja intensidad, que también pueden servir para unificar el tono de la piel. Sin embargo, los peelings químicos no están recomendados en esta época del año, en la que la exposición a la luz solar suele ser más fuerte y elevada: una descamación agresiva podría dar lugar a manchas solares. Paz Torralba, directora de las clínicas The Beauty Concept, recomienda una oxigenación profunda, con tratamientos adaptados a las necesidades de cada persona.
En los casos de pieles deshidratadas, los productos con vitaminas y ácido hialurónico pueden ser grandes aliados. El doctor Domínguez recomienda “bioestimulación con factores de crecimiento a través de la infiltración de plasma rico en plaquetas o mediante mesoterapia facial”. Entre los beneficios de estos tratamientos, además de la recuperación del brillo de la piel, que lucirá más sana, también encontraremos la redensificación de la misma.
Leticia Carrera ha desarrollado un protocolo muy específico y a medida, que puede ayudar a recuperar el buen estado de la dermis. Empieza con un peeling personalizado, seguido de un tratamiento con boosters fotodinamizantes que estimulan la producción de colágeno, proteoglicanos y elastina, para redefinir el volumen del óvalo facial y conseguir un “efecto tensor inmediato”, y por último un tratamiento con luz led dermatológica que ilumina la piel.
En casa, podemos tratar las pieles sensibles con cremas regeneradoras, calmantes, aceites o aguas termales. Los productos antioxidantes y con propiedades regenerativas también preparan la piel de forma idónea para el verano. La facialista Silvia Oliete, de los centros Blauceldona, recomienda el sérum Facial Diamond Infusion, que aporta energía a la piel y un extra de protección en la barrera cutánea.
¿Y para tomar el sol?
Si al final llega el momento de pasar largas jornadas al sol entre arena y agua salada, las premisas en contra el gran enemigo de la piel parecen muy claras y los expertos vuelven a coincidir en el siguiente paso: protección, protección y más protección. Pero no solo para ir a la playa. Es algo que debemos incluir en nuestra rutina diaria, aunque sea con factores de protección medios. El running –casi impuesto por la desescalada– también puede suponer un problema para nuestra piel, pues llevamos mucho tiempo sin exponernos de verdad y, en este caso, necesitamos un factor de protección más alto para prevenir el envejecimiento solar. La exposición al sol debe hacerse de forma progresiva: aumentando las horas de exposición poco a poco.
Pero no solo basta con protección, Silvia Oliete explica que es importante “mantener la piel limpia mañana y noche y con buenos hábitos semanales en los que incluyamos exfoliaciones y mascarillas”. Eso sí, las exfoliaciones siempre por la noche. Las mascarillas más recomendadas son las hidratantes, regenerantes o con propiedades antioxidantes. Lo más adecuado es hacer una a la semana de cada, pero depende de las necesidades de la piel.
La rutina de mañana debe incluir una buena crema hidratante o un suero con ácido hialurónico, además de la protección solar, que debemos reaplicar cada dos horas o antes si nos bañamos. Y el doctor Domínguez lo recuerda: “Es un mito que los fotoprotectores de 50+ o más no permiten el bronceado”.
Cuando termina la jornada, lo ideal es una ducha que elimine el exceso de sal, cloro o arena de nuestra piel, para que no se deshidrate más de la cuenta y después poder calmarla con productos específicos para aplicar tras la exposición solar o meramente hidratantes. Si queremos minimizar hasta el extremo el daño en la piel debemos utilizar antioxidantes de mañana y noche.
Paz Torralba recomienda también echar mano de la nutricosmética, para proteger la piel desde dentro, activar la melanina y así obtener un tono más uniforme y duradero.
La vitamina C, un gran aliado
El doctor Domínguez explica que los productos con este compuesto pueden ser grandes aliados a la hora de conseguir luminosidad en la piel y mejorar la textura, gracias a que estimula la producción de colágeno.
Una de las propiedades que convierten a la vitamina C en un producto tan deseado es la antioxidante, que puede aportar un gran beneficio a la hora de prevenir el daño solar. Siempre y cuando nuestra piel tolere el compuesto que estemos utilizando, podemos hacerlo también en los meses de verano; e incluso aplicarlo por la mañana, junto a nuestra rutina de hidratación y antes de aplicar la protección solar.
Sin embargo, hay que tomar ciertas precauciones y, si nuestra piel se irrita, Leticia Carrera destaca que en esos casos es mejor relegar su uso a las noches o esperar a que la temporada estival termine y utilizar un sérum de Vitamina C en otoño, para reparar el posible daño solar del verano.
Retinol con precaución
El retinol es uno de los compuestos más aplaudidos y deseados. Sin embargo, hay que tener cuidado con su uso para no terminar resecando la piel, lo que podría llevar a irritación e incluso manchas solares. Es precisamente el problema de la hiperpigmentación el que lleva a la mayoría de los profesionales a recomendar su uso tan solo en los meses más fríos del año, por la noche de forma exclusiva y siempre haciendo uso de protector solar durante el día. “No se puede emplear en verano porque con la exposición y radiación solar puede producir hiperpigmentación”, explica el doctor Joaquín Domínguez.
¿Mezclar o no mezclar?
Si tenemos en cuenta todas las recomendaciones de los expertos, al final nuestro neceser contará con más de un tipo de producto. Debemos recordar dejar un tiempo de espera entre la aplicación de un producto y otro, para conseguir la absorción adecuada de sus compuestos. El consejo de Leticia Carrera es no mezclar marcas, ni gamas, para conseguir los mejores resultados: “Actualmente solemos mezclar demasiadas firmas en nuestra rutina diaria, sin pensar en que cuando los laboratorios elaboran una gama de varios productos, lo hacen con fórmulas que nos garantizan una eficacia conjunta, sin incompatibilidades entre principios activos y excipientes”.
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