Ya no es un grito: es un clamor. No podemos parar de leer en redespeticiones de auxilio que reclaman una solución para flequillos asilvestrados. Es comprensible, porque para no perder la línea requieren un mantenimiento frecuente y el confinamiento por coronavirus lo hace imposible. Ante este problema tenemos dos soluciones: recurrir a ladear el flequillo ayudándonos de horquillas hasta que podamos domeñarlo o atrevernos a cortar Nosotras siempre estamos por un pelo con riesgo, aunque controlado. Aunque te parezca una locura, podemos minimizar el margen de error para conseguir un acabado que funcione. Recuerda: no vas a innovar sino a recuperar la forma de un flequillo que ya tenías. Se trata de eliminar milímetros.
Aunque muchos tutoriales animan a humedecer el pelo para que el corte sea más preciso, iremos más seguras si lo hacemos en seco, pues controlaremos en todo momento cuánto estamos cortando. También es importante que recurras a unas buenas tijeras de peluquería, porque es imposible esconder trasquilones en el flequillo. Si las tienes, te recomendamos que no te obsesiones por conseguir un igualado perfecto cortando horizontalmente. Imita a los profesionales y realiza ligerísimos cortes verticales que vayan quitando milímetros en un desfilado que puede ser más o menos imperceptible. Atenta, porque algún escalón puede funcionar perfectamente bien.
Precaución máxima: no entrar directamente con el tijeretazo sino buscar mínimos cortes para que puedas rectificar. Si tienes mucha densidad de pelo o la textura es un poco fosca, te recomendamos plancharlo antes de cortar: así lograrás aplanarlo al máximo. Y si vas buscando un flequillo muy desfilado y lateral, te animamos a utilizar una cuchilla de afeitar. Deslízala sobre el pelo transversalmente y alucinarás con el resultado. Eso sí: si es tu primera vez con maquinilla, no apures demasiado. Más vale pasarla dos veces que equivocarte una. Pero el resultado te convencerá.
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