Por qué este año nos va a importar bastante menos la operación bikini

De alguna manera el confinamiento nos han robado la primavera y, lo que es peor, no tenemos aún demasiadas pistas acerca de cómo será nuestro verano. Sí podremos volver a nuestras playas favoritas, pero probablemente tengamos que poner mucho de nuestra parte para respetar distancias y restricciones. Aún así, qué suerte poder bañarse con la familia, sin tener que lamentar ninguna pérdida. Las encuestan afirman que durante los dos meses de cuarentena del coronavirus habremos ganado, con suerte, unos tres kilos de peso, fruto del sedentarismo, el aburrimiento (esos viajes constantes a la nevera) y la ansiedad que nos produce el coronavirus. En muchos otros casos, el aumento estará más bien entre tres y cinco kilos. En otras circunstancias, estaríamos ya fustigándonos con dietas y mala conciencia, pero este verano no es como los demás. Hemos descubierto que hay cosas que nos importan mucho más que la operación bikini.

Ante la tentación de muchas de evitar playas y piscinas ante el inevitable aumento de peso, cabe lanzar una pregunta: ¿de verdad vamos a esquivar preciosos momentos en familia o con los amigos por una cuestión estética? Con lo que hemos sufrido la separación, no parece lo más sensato. De hecho, puede que este vaya a ser el verano que menos nos importe la operación bikini y más el disfrute con los más cercanos. Eso sí: retomando el control sobre las comidas y, sobre todo, la actividad física. Esta reconsideración de los kilos tiene su cara b: hemos redescubierto la importancia de movernos todos los días, aunque solo sean tres cuartos de hora de paseo a buen paso. Aunque el teletrabajo se meriende casi toda nuestra jornada, tenemos que hacerle un hueco al chándal.

El objetivo es dejar de pensar en los kilos y colocar en la prioridad el ejercicio, mejor al aire libre. Conseguir que una hora de movimiento diario se convierta en rutina va a obrar maravillas en el cuerpo y en la mente (sobre todo si sufrimos algo de ansiedad). De hecho, podemos empujar el proceso con algunas herramientas extra: cremas hidratantes reafirmantes o remodeladoras (como Lift & Firm Body Cream de Caudalie o Super Slimming Reducer de Shiseido); también algunos cosméticos de última generación que recurren a fórmulas quemagrasas (Body Slim Serum Exprés de Lierac, Body creator de Shiseido o Biovergetures Strech Marks Prevention de Biotherm); y aceites que luchan contra la flacidez y ayudan a la elasticidad, como Huile «Tonic», de Clarins, o Life Plankton Multi-Corrective Body Oil, de Biotherm. En marcha.

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