Confianza absoluta. Esa es la clave de la conexión vital entre madres e hijas. Lo asegura Vania, progenitora de Gisele Bündchen, que tuvo que dejar que su retoño volara libre con solo 14 años. De ella, la top model y embajadora de Capture Totale de Dior, ha heredado muchas cosas: sus ojos azules, su sonrisa, su conexión espiritual con la naturaleza. Y una idea muy clara de lo que significa la belleza: “Ser siempre consecuente con tus cuidados”. Proponemos cinco momentos beauty para compartir (aunque sea en la distancia) con la mujer esencial de tu vida.
1. Cremas como caricias
Texturas ligeras y confortables que despliegan todo su poderío en el interior de la piel. Son el corazón del ritual de belleza y se debe aprovechar su potencial al máximo. Ahora que hemos aprendido a lavarnos las manos con calma y conciencia, traslademos ese mismo espíritu a la aplicación de las cremas. Lo primero es que no se coge con los dedos, hay que usar siempre la espátula para evitar contaminarla. Se reparte en las palmas de las manos y se da con un masaje desde el centro del rostro hacia el exterior.
2. Maquillaje a su medida
Si tu madre ya supera los 50, su piel requiere básicos de maquillaje con fórmulas que tengan en cuenta la necesidades específicas de su piel. Bases con un extra de hidratación, luminosidad y emoliencia, que contrarresten la falta de brillo y realcen las subtonalidades que se pierden con la edad. Y básicos para la mirada en colores favorecedores. La línea Age Perfect de L’Oréal Paris lo ha tenido todo en cuenta. ¡Hasta la etiqueta se lee mejor!
3. Mascarillas maravillosas
La cura intensiva que te procura una mascarilla va más allá de sus efectos beneficiosos para la piel (que los tiene, por supuesto: por la alta concentración de activos y por la acción potenciadora y selladora del tejido en el que viene impregnada). Tu madre se ha ganado a pulso esa pausa de reconexión consigo misma.
4. Labios muy intensos
El rojo no solo eleva el ánimo y el espíritu, también le sube el guapo a cualquiera. Y a todas las edades. Aunque para labios más desdibujados los maquilladores insisten en tonalidades satinadas, nosotros apostamos por la fuerza de un mate de pigmentación intensa.
5. Aceites divinos
Hay una buena razón para que se los recomiendes: los aceites reúnen, en una textura emoliente que nutre de manera instantánea, la mayor cantidad de activos naturales por gota. Son perfectos para pieles maduras, porque con cada una de esas gotas se consigue un efecto inmediato de reparación y regeneración. Eso sí, tienes que explicarle cómo se usan para que no caiga en el error de embadurnarse. Los densos se pueden aplicar sobre el rostro húmedo. Para los ligeros, se frotan tres gotas entre las palmas de las manos, para calentarlas y mejorar su penetración y la actividad de sus ingredientes. Luego solo hay que presionar sobre el rostro seco.
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