La polución que se va depositando sobre nuestro rostro no se ve, a menos que te hagas la prueba del algodón y pases un disco empapado en limpiador por la cara: Pero sus efectos son mucho más dañinos para la piel de lo que te imaginas.
La contaminación provoca radicales libres, que se traducen en envejecimiento prematuro, además de obstrucción de los poros, manchas, sensibilización, etc. Y aunque las mujeres que viven en zonas rurales no están exentas de estas consecuencias –el calentamiento global es lo que tiene–, las que habitan en los núcleos urbanos están expuestas a mayores índices de contaminación, lo que se traduce en un 20% más de manchas y de arrugas.
El ozono troposférico y las micropartículas que flotan en el aire modifican la barrera cutánea y provocan inflamación y micropigmentaciones. Las pieles secas acusan más la deshidratación que genera la polución, incluso con episodios de xerosis, por lo que tienen que tener un especial cuidado y no saltarse jamás la crema hidratante. Pero las pieles grasas tampoco salen mejor paradas, porque les afecta más la oxidación, lo que favorece la aparición de granos y puntos negros. Y ambas pueden sensibilizarse, así que si estás en uno caso o en el otro, lo más conveniente es que optes por cremas que fortalecen la barrera cutánea para impedir el paso de los agentes nocivos y tratamientos purificantes que eliminen las toxinas.
Y otra cosa importantísima es que las elijas con factor de protección solar, porque las radiaciones unidas a la polución son letales para la piel y degradan de manera intensiva el colágeno de la piel. De hecho, cuando se unen estos dos factores multiplican por siete el estrés oxidativo (el causante del envejecimiento de la piel).
Además, es recomendable acudir a fórmulas antioxidantes, que luchen contra la formación de manchas y de arrugas. Las combinaciones de vitaminas C y E y acido ferúlico dan muy buen resultado.
Afortunadamente, la cosmética está formulando cremas específicas para luchar contra este enemigo invisible que deja nuestra piel con un tono grisáceo, así que elegir la que más te conviene es ahora más fácil que nunca. ¡No dejes que los malos humos apaguen la luz de tu piel!
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