En 1925, en el epicentro de la zona privilegiada de Lisboa, la calle Campo Grande, un farmacéutico del que no se sabe su nombre obró la magia. Desde su palacete se dedicó a combinar ingredientes naturales que crecían en Portugal dando como resultado “ungüentos milagrosos” que no tardaron en conquistar a las mujeres más exquisitas del país. Benamôr es una de esas firmas que ha sabido mantenerse en el tiempo a base de no tocar su esencia y también gracias a uno de sus sellos de identidad: su packaging. Todos sus envases van adornados con coloridos dibujos y nombres de tipografía Art Decó, el movimiento estético de la época que hoy le da ese punto vintage y nostálgico.
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Una de sus primeras creaciones fue la línea Miracle que incluía una crema facial hidratante y una crema regeneradora labial. Su receta milagrosa incluye ingredientes naturales como el aceite de argán y la manteca de karité además de aceite de coco, rosa de mosqueta, macadamia, zanahoria y aceite de hoja de cananga. Esta línea que fue creada en 1925 fue la favorita de la alta sociedad portuguesa y contaba entre sus clientas más ilustres con la que fue la última reina de Portugal, Amelia de Orleans, sobrina del rey Alfonso XII. Una fórmula que se ha convertido en el auténtico emblema de la marca y que se ha mantenido intacta desde entonces.
Tal era la devoción que sentía la reina Amelia de Portugal por esta marca que en 1935, exiliada ya en Inglaterra, le concedió el sello Por Designación de la Casa Real de Portugal, señalando a Benamôr como una de las marcas predilectas de la corte.
La marca cosmética siguió cosechando éxitos y en 1970 vio la luz la crema de manos Alantoíne, otro de sus productos más icónicos. Desde su lanzamiento la firma renueva cada cierto tiempo este best-seller conservando su fórmula original. Toda su gama de cremas se inspira en los olores lusos y sus envases, en los azulejos típicos de las casas de Portugal. De todas ellas, Jacaranda es una de las más míticas pues está inspirada en el árbol típico del país, que llena de flores moradas las calles lusas cada primavera.
Benamôr ha sabido mantener su legado de fórmulas cosméticas a base de ingredientes naturales seleccionados por sus beneficios de hidratación, nutrición y protección como el aceite de almendras dulces, el extracto de limón orgánico, el aloe vera o la sal del Algarve. Todos ellos proceden del cultivo portugués y sus fórmulas no contienen aceites minerales, derivados del petróleo ni parabenos. La marca encaja así en la nueva corriente de productos orgánicos y sostenibles pues su compromiso con el medio ambiente es otro de sus fuertes y, al mismo tiempo, nexo de unión con su glorioso pasado pues la marca trabaja con el mismo proveedor de tubos de aluminio desde 1926, unos envases que tienen menos impacto medioambiental que los de plástico.
La firma, una de las más conocidas y reconocidas de Portugal, comenzó su expansión internacional en 2017 y en España se puede encontrar en tiendas nicho o plataformas de belleza multimarca como Mumona.com.
Así, sus aromas y agradables texturas, junto con su packaging irresistiblemente vintage no solo hicieron que esta marca fuera la favorita de la aristocracia de principios del siglo XX sino que además la convierte en objeto de culto para las que buscan una cosmética funcional y sencilla y, al mismo tiempo, decorativa.
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