Para leer cierta clase de cartas hay que llevar los labios pintados, dijo Holly Golightly. Y ya se sabe, el rojo es el color que favorece a todas, por ello es el pigmento más universal, el más vendido, el más elegante y al que rodea una mayor iconografía. En los últimos tiempos hemos comprobado cómo en distintos territorios de la cosmética (ya sea una vela, un perfumeo una crema) el cliché de “compras lo que pagas” resulta terminando cierto. Y en un momento en que las barras de labios han acaparado la atención de la industria nos preguntamos hoy: ¿qué es lo que hace que una barra de labios roja pueda costar 10 euros en Zara y casi 40 en Chanel?
Noemí Nohales, make up artist de Chanel, ha probado miles de barras de labios, como maquilladora profesional y como devota del rojo. Ella, que ha maquillado prácticamente a todas las actrices y modelos españolas de renombre, conoce bien el inmenso poder poder de un buen rojo de labios: no en vano le ayudó a encontrar el amor. “Recuerdo un día que olvide mi labial en casa, cosa que nunca me suele ocurrir. Y había un chico que me gustaba en el pub… Fui al baño y me acerqué a la chica que llevaba el color de labios más bonito del local. Le pedí que por favor me lo prestara, que lo necesitaba: ella accedió y la verdad es que me dio mucha seguridad para hablar con el chico, que por cierto después fue mi novio”, nos cuenta. “El rojo nos puede alegrar el día. Incluso llevando la cara lavada aporta un punto de color y el toque perfecto de luz . Yo lo llevo siempre”, afirma. Motivos más que suficientes para comprar un buen pintalabios, por cuestiones prácticas: “Creo que invertir en una barra de labios de buena calidad siempre es una buena idea ya que dura más que una de menor calidad: una de precio más bajo probablemente la tendremos que retocar muchísimo más”, asegura. ¿Cuánto deberíamos gastar, entonces?
El color más vendido de la marca.
El secreto está en los ingredientes
Aunque el precio en sí no es un indicador absoluto de la calidad de un pintalabios todos los expertos coinciden en que un precio más alto abre una gran cantidad de opciones a materias primas que no siempre son posibles en las gamas más asequibles: un labial más caro supera casi siempre en calidad a una versión más económica.
La principal diferencia entre un labial caro y uno barato está en la calidad y la singularidad de sus ingredientes. Teniendo en cuenta que el ingrediente principal de una barra de labios es la cera, conviene saber que no todas son iguales: la combinación de tres ceras vegetales (mimosa, jojoba y flor de girasol), el polímero filmógeno y las microesferas de silicona que lleva por ejemplo el icónico Rouge Coco de Chanel (36 euros) colocan a esta barra en un punto de partida muy por encima de los cinco o 10 euros que puedan costar otros pintalabios en marcas de supermercado. Son esos ingredientes naturales los que hacen que sea tan hidratante y duradera. Lo mismo ocurre con Rouge Dior Ultra Care (37,95 euros), la primera barra de labios de tratamiento con aceite floral de camelina y derivado de jojoba, que nutre los labios y ofrece una duración de hasta 12 horas.
Entre los labiales de lujo más vendidos encontramos cera de abejas o de zumaque (cosechada de estas bayas japonesas), manteca de mango o extracto de aloe, frente a ceras asequibles elaboradas con aceites minerales o ingredientes sintéticos producidos en masa. En la letra pequeña está la clave: más caro tampoco tiene siempre la garantía de ser mejor, ya que entre las gamas asequibles también se encuentran principios activos de calidad, como las nuevas barras de Zara, enriquecidas con Vitamina E antioxidante para, explican en la web de la marca, asegurar hidratación, protección y una sensación de suavidad en los labios.
Con textura mate
Un rojo para cada una
“Existe un tono de rojo para cada mujer. Creo que el labio rojo es un estilo de vida y cada uno aporta un matiz. No sólo se trata de adjudicar un tono en función del tono de piel que tengamos, para elegirlo me parece muy importante conocer también la personalidad o el estado de ánimo de quien lo va a llevar”, dice Noemí Nohales. Solo hay que dar con el que más encaje con cada una.
Entre sus favoritos, tres ganadores: el rojo icónico de Chanel (desde el legendario 444 Gabrielle hasta la línea Rouge Coco Flash), la gama de M·A·C Cosmetics (Feel So Grand o Ruby Woo). “Y últimamente estoy obsesionada con la barra de labios Fenty de Rihanna en color Uncensored. Tiene muchísimo pigmento y el color es mi tono perfecto”, desvela. “El rojo es el color por excelencia de la época dorada de Hollywood, diferentes actrices lo llevaban como un signo de identidad como la icónica Marilyn Monroe. En las obras del fotógrafo Guy Bourdin casi siempre aparecían labios rojos y siempre me ha inspirado por mezclar el concepto de moda con algo más cinematográfico”.
Una vez elegido el tono, ella tiene un ritual de aplicación: “para maquillar un rojo marcado es muy importante que el labio esté perfectamente exfoliado e hidratado. Me encanta la crema de contorno de ojos y labios de Chanel, para que los labios tengan un aspecto hidratado y favorezcan el perfilado. Empiezo siempre por ahí: elijo un perfilador de un tono aproximado al rojo de la barra, o ligeramente más oscuro para aportar más profundidad. Y después aplico el labial, preferiblemente con pincel”. En su arsenal de recursos para unos labios rojos perfectos hay también un par de trucos domésticos: “A veces me gusta comer algo de picante para aportar volumen a los labios y, a modo casero, a veces exfolio mis labios con un cepillo de dientes, un gesto que también tiene efecto voluminizador.
Más caro, ¿más bonito?
La calidad del color es la otra piedra angular en una barra de labios. Las marcas de lujo tienen sofisticados protocolos para incluir pigmentos extremadamente finos: cuanto más pequeños sean (en Yves Saint Laurent, por ejemplo, intentan que nunca excedan las 20 micras de tamaño), más intenso será el color. Una barra de labios de lujo, además, incorporará aditivos de tratamiento que no son cruciales para el producto pero que dan un impulso extra a los ingredientes principales. Dicho en otras palabras: para que un pintalabios quede rojo no es necesario que incorpore aceite de argán en su composición pero si lo lleva probablemente nuestra sensación sea más agradable y nuestros labios queden más hidratados. En consecuencia: se ve más bonito. “En cuanto a la textura, normalmente la barra de labios de buena calidad se suele ir deteriorando mejor y deja un efecto difuminado. En cambio, las de poca calidad se suelen cuartear y quedar a trozos”, explica Noemí Nohales.
Tal y como cuenta la make up artist Nina Soriano en Refinery29 es fácil percibir esta diferencia de color entre un labial caro y uno barato. Al deslizar una barra de labios por la mano, explica, hay que observar cómo resbala el color. Si se mantiene sólido es una buena señal de gran pigmento; si se desliza fácilmente, eso quiere decir que contiene mucha humedad y se aplicará suavemente en los labios.
En conclusión, la etiqueta del precio no siempre será indicativa de un labial superior, pero un vistazo a la lista de ingredientes y a los detalles de su formulación pueden ayudar a descifrar si el precio se ajusta o no al producto y a nuestras expectativas. Porque al final el mejor lápiz labial es el que funciona a cada una según su estilo, sus labios y su presupuesto.
La polémica: ¿son seguras todas las barras de labios?
Teniendo en cuenta que nos comemos el 80 por ciento de nuestro pintalabios según algunos estudios, conviene saber qué productos estamos utilizando. Este mismo mes de febrero la OCU alertaba de la presencia de sustancias peligrosas para la salud, en concreto MOSH (Mineral Oil Saturated Hydrocarbons) y MOAH (Mineral Oil Aromatic Hydrocarbons), en algunas marcas de gran consumo en España. El informe explicaba que estas sustancias “aparecen como impurezas en el proceso de fabricación de distintos aceites minerales derivados del petróleo que se utilizan como ingredientes de las barras de labios” y si bien “no hay normativa de seguridad en productos cosméticos” pueden tener efectos perjudiciales en la salud, con lo que “la asociación europea de fabricantes recomienda que no supere el 5% del total de hidrocarburos saturados”. El estudio elevaba la pregunta: ¿Es seguro, entonces, usar barra de labios?
Según Stanpa (la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética), lo es. “Las consumidoras pueden utilizar barras de labios con toda confianza”, afirmaban en una nota de prensa como respuesta a la OCU: “El estudio demuestra desconocer la regulación y las recomendaciones del sector que, sin duda, malinterpreta. Los aceites minerales se llevan utilizando en cosmética desde hace más de 100 años como ingredientes seguros para el consumidor”. Hacen referencia a estudios científicos que aseguran que los llamados MOSH no se absorben a través de la piel y recuerdan que “la regulación europea permite asegurar que las posibles trazas de MOAH que pudiesen estar presentes en el producto después de su purificación sean totalmente seguras para los consumidores”. Por tanto, “Stanpa reafirma la seguridad de las barras de labios. Las consumidoras pueden usarlos con total garantía. Todos los ingredientes utilizados son ampliamente probados y cumplen los más altos estándares en términos de pureza y calidad. Estos requisitos se aplican, por supuesto, a las materias primas cosméticas a base de aceite mineral utilizados en los productos de labios”, concluyen.
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