El teatro Dolby, tras la resaca emocional de una agitada ceremonia de los Oscar, ha acogido esta semana el PaleyFest, al que ha acudido el elenco protagonista de Emily en París. Camile Razat, Ashley Park y, por supuesto, Lily Collins, las actrices que dan vida al grupo de amigas de la ficción de Netflix, han pisado el emblemático lugar derrochando personalidad y tendencias, cada una en su estilo.
De los looks de las tres intérpretes se pueden extraer diversas lecciones, pero es imposible no hacer referencia en primer lugar a la imagen de Lily Collins, ligeramente diferente a sus apariciones anteriores. El alter ego de Emily Cooper ha dejado a un lado sus características ondas y sus juveniles coletas para optar por un peinado mucho más sofisticado: un moño alto con muchísimo volumen. Este recogido reúne todo su cabello en la zona más alta de su cabeza -pone en práctica un truco que también usa Ester Expósito- y deja algunos mechones sueltos en la zona de los laterales. Junto con estos, el flequillo recto que cae sobre sus cejas, enmarca el delicado rostro de la actriz.
Viendo a Lily con este peinado es imposible no caer en una de las comparaciones a la que más se le ha sometido desde que su carrera despegó. Y es que su imagen de rostro fino y cejas marcadas, que este día se vio reforzada con dicho peinado, se asemeja increíblemente a la de Audrey Hepburn. De hecho, apariciones como esta, están dando lugar a que la intérprete se posicione lentamente como la digna sucesora del estilo elegante y pulido de una de las actrices más recordadas del Hollywood dorado.
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Este es un paralelismo que la propia Lily Collins lleva con orgullo y no es para menos. Pocos días antes del estreno de Emily en París, fue ella misma la que compartía en su galería de Instagram una publicación que revelaba cómo Vacaciones en Roma había servido para crear una escena de la ficción de Netfix: «Inspirada por la mejor», escribía la intérprete en el post.
Tal es el parecido de ambas actrices que una de las cuestiones que resuelve Google al introducir el nombre de ambas en el buscador es si guardan entre ellas algún parentesco. Según arrojan los resultados del buscador, no existe ninguna unión genética entre ambas y la similitud de sus rasgos ha sido determinada por puro azar. Pero esta coincidencia ha provocado que los fans de Lily pidan a gritos una producción en la que la actriz se meta en la piel de la diva de Hollywood.
La imagen, mucho más madura que ofreció la actriz en este evento, se potenció con el estilismo que seleccionó para la ocasión. La intérprete escogió un conjunto de dos piezas compuesto por una falda de bajo asimétrico y americana con péplum y hombreras, lo que le proporciona una figura estructurada que le hacía parecer más corpulenta. Por otro lado, el color de las pieza resaltaba especialmente la luminosidad de su piel. La elección de estas prendas de estilo clásico, sumada al peinado dan lugar a una reinterpretación del estilo old money que nos dejan ver a una Lily Collins que rompe con las estética aniñada que le ha dejado en herencia Emily Cooper.
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