Hace años que Demi Moore (que no nos deja de sorprender con sus confesiones) no arriesga con su cabello, que luce siempre largo, liso y con la raya en medio. Y eso que no duda en arriesgar con su cuarto de baño. Sin embargo, en el pasado la actriz si que se atrevió con diferentes cambios de look impactantes: rubio y rizado, el pelo corto a lo garçon, la cabeza rapada… Uno de sus cortes más icónico, el bowl cut que lució en Ghost, cumple treinta años y, tres décadas después de que se pusiera de moda en todo el mundo, ahora vuelve a ser tendencia.
La película se estrenó en el verano de 1990, donde una joven Demi Moore interpretaba el papel de la viuda de Patrick Swayzer. El éxito de taquilla fue abrumador –recaudó más de medio billón de dólares (más de 500 millones de euros) en todo el mundo– la actuación de Demi supuso un momento decisivo en la carrera de la actriz, cuyo nuevo corte de pelo protagonizó tantos titulares como su interpretación. En el filme Demi lucía un estilo capilar nada común: el pelo corto tazón o bowl cut, un look femenino, sencillo y effortless, que se adaptaba a la perfección a la tendencia minimalista de la década de los noventa.
Los responsables del filme tenían claro desde el principio que Demi debía ser Molly Jensen, así que la contrataron de inmediato. La sorpresa vino cuando ella se presentó el primer día de rodaje con el pelo corto, ya que pensaba que era un look que iba genial con la personalidad de su personaje. El artífice de su nuevo look había sido John Sahag, un peluquero de Manhattan que solía trabajar con varios famosos y que era conocido por su técnica de corte en seco.
A finales del año pasado Talulah Willis, la hija mediana de Demi y Bruce Wilis, subió a su perfil de Instagram una galería de tres imágenes acompañadas del texto “Hicimos un Demi”. En ella enseñaba a sus seguidores su nuevo corte de pelo: una réplica del que lució su madre en Ghost. “Madre e hija”, escribía Demi en su perfil, en el que también compartió las fotografías del nuevo look de su hija, un estilo que se ha vuelto a convertir en tendencia en 2020.
“El bowl cut un look que tiene un estilo cercano al pixie, ya que dirige el cabello a la zona frontal del rostro. Apto solo para mujeres arriesgadas, favorece a los rostros cuadrados, ovalados y rectangulares, aunque se puede adaptar el corte a las facciones jugando con el largo del flequillo”, asegura el peluquero Alex Sestelo, director de su propio salón.
“Para que el corte quede bien es necesario conseguir un buen diseño de la nuca, que quede muy limpia y perfectamente definida. Y hay que acompañarlo de un degradado a partir de la oreja que proporcione ese aspecto redondeado y la forma más entera que acompaña el volumen craneal. Además, necesita ser retocado cada cuatro semanas”, advierte Eduardo Sánchez, director de Maison Eduardo Sánchez.
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