Limpiar bien nuestra piel no es solo un acto de belleza, en estos días más que nunca se ha convertido en un acto de salud ¿o todavía no te has dado cuenta de que no paras de tocarte la cara? Encontrar y utlizar un buen limpiador es imprescindible pero también es muy importante es saber utilizarlo. Y es que una piel limpia y libre de impurezas es la base de una piel sana, luminosa y más bonita.
Los dos pasos de la limpieza
Ya te hemos hablado en más de una ocasión de la doble limpieza que tanto las coreanas como las japonesas siguen a rajatabla como primeros pasos de su rutina de belleza noctuna. Pero, ¿se puede adaptar esta doble limpieza a las chicas que no utilizan tantos productos ni disponen de tanto tiempo? Pues sí, solamente tienes que re-pensar tu rutina y adaptar los cosméticos que ya tienes. Y por si necesitas una maestra que te guíe por este nuevo camino, Sara Emdi nos ha enseñado cómo se limpia la cara por las noches.
PASO 1. Desmaquillar los ojos, las labios y la piel.
“Nunca me acostaré sin haberme desmaquillado antes”. Este mandamiento es uno de los primeros que aprendemos cuando empezamos a cuidarnos y lo seguimos a rajatabla. Es importante incluso cuando no llevamos maquillaje (¡ironías de la vida!) porque los productos específicos para desmaquillar también son perfectos para eliminar los restos de protector solar y los aceites de las cremas con texturas más pesadas.
Lo primero es desmaquillar los ojos y la boca y para hacerlo, lo mejor es usar un disco de algodón empapado en agua micelar, leche limpiadora (si tienes la piel seca o sensible) o aceite limpiador (si usas maquillaje permanente). Después, con otro disco de algodón limpio, haz lo mismo con el resto del rostro, arrastrando y no frotando para evitar las rojeces.
© Cortesía de Givenchy
Ready-to-cleanse Fresh Cleansing Milk de Givenchy. COMPRAR
PASO 2. Limpiar en profundidad con un gel
La segunda parte de la limpieza está protagonizada por un gel limpiador. Este paso es IMPRESCINDIBLE incluso aunque creas que tu piel queda limpia después de desmaquillar la piel. Los geles, espumas y cremas limpiadoras están diseñados para arrastrar toda la suciedad del rostro e incluso eliminar los restos del desmaquillante. Si la leche limpiadora limpia la piel se podría decir que el gel la purifica y la refresca. Y si no te lo crees, tu misma puedes hacer la prueba: desmaquilla la piel y tócala. Usa tu limpiador preferido y tócala después. ¿Notas la diferencia? Está mucho más suave y más limpia a simple vista y esto se debe a que el limpiador también ayuda a arrastrar las células muertas de la piel.
© Cortesía de HelloBody
Aloe Wash, gel de limpieza diaria de HelloBody. COMPRAR
La clave para usar bien el limpiador es frotarlo primero en las manos para que haga espuma y luego limpiar con ella la piel.
BONUS. Tónico para cerrar el poro, hidratar, equilibrar la piel y prepararla para después
Hay expertos que consideran el tónico como el primer paso del tratamiento y otros que lo integran como el último paso de la limpieza. Sea como sea, hemos querido recogerlo aquí para que nunca te lo saltes. El tónico el fundamental para ayudar a recuperar el equilibro de la piel después de haberla limpiado y, por tanto, haberla desprovisto de la mayoría de los aceites naturales que la protegen. Ayuda también a cerrar los poros y actúa como un vehículo conductor para que los tratamientos que te pongas después penetren más en la piel y funcionen mejor. Elige un tónico suave e hidratante por las mañanas; por la noche puedes usar alguno que contenga AHA o BHA para realizar una ligera exfoliación extra.
© Cortesía de Kielh’s
Ultra Facial Toner, de Kielh’s. COMPRAR
Y ya puedes continuar con el resto de tus sérums y cremas. Verás cómo notas tu piel más bonita cada día.
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