4 motivos por los que el agua micelar es la gran aliada de tu piel en tiempos de mascarilla

Si la limpieza facial siempre ha sido uno de los puntos más importantes en cualquier rutina de belleza, ahora con el uso de mascarillas aumenta su importancia notablemente. Por eso, además del agua y el jabón, es importante tener en nuestra lista de imprescindibles productos como el agua micelar (que no se aclara, acuérdate), una vieja conocida ya para muchas y aún un descubrimiento para hacer por otras. Pero, ¿qué es y para qué sirve realmente el agua micelar? Sencillo. Además de usarse como limpiador facial, el agua micelar también tonifica e hidrata la piel de la cara. Un tres por uno que hace de ella un producto especialmente interesante. «Técnicamente es una solución acuosa en la que se encuentran elementos limpiadores o tensioactivos que forman pequeñas micelas naturales. Estas pequeñas micelas atraen a los elementos grasos y acuosos por sus dos extremos. Al pasar el agua micelar por la piel con un algodón o toallita, las micelas se abren y atrapan los residuos y la suciedad de la piel como si fuera un imán», explica Rocío L. Cuesta, CEO de Alma Secret y doctora en Farmacia.

Ahora que pasamos tanto tiempo con las mascarillas y esto nos hace sudar aún más con el calor del verano, este producto es clave para eliminar en profundidad la suciedad al final del día y para eliminar por completo los restos de grasa que los generan por la noche. Rocío L. Cuesta nos da las claves para usarla bien:


No Frotar

Al limpiar el rostro, es muy importante no friccionar en exceso, sobre todo en las pieles más delicadas, ya que las micelas son capaces de atraer la suciedad y el exceso de sebo al contacto con la piel, como si fueran un imán.

Úsalo como producto de limpieza facial

El agua micelar puede usarse para desmaquillar rostro, ojos y labios, ya que tiene un estupendo poder de arrastre.

Sé generosa usando producto

Usar la cantidad suficiente de producto es clave para que el agua micelar funcione bien, así que impregna el disco de algodón lo suficiente, pero sin llegar a gotear.

El orden de aplicación es fundamental

Rocío L. Cuesta nos aconseja seguir este orden: «Empezar siempre limpiando los ojos con suaves presiones y continuar desde la zona interior a la exterior. Por último, pasa a los labios; si hay maquillaje en tu piel, usa algodones distintos. El rostro hay que desmaquillarlo siempre por mitades y desde el centro hacia los laterales, ejerciendo ligeras presiones. Un truco para las pestañas es poner un poco de agua micelar en un bastoncillo y pasarlo sobre las pestañas con movimientos rotatorios».










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