Cinco razones para amar a Amy Adams

Amy Adams, la actriz que nos robó el corazón en ‘Encantada’ y nos lo encogió en ‘La duda’ y ‘Heridas abiertas’, es una de las mujeres de mayor talento de Hollywood. Su nueva película, ‘La mujer de la ventana’, (prevista para el 15 de mayo) se ha pospuesto por causas de fuerza mayor pandémica, y la echamos tanto de menos que aprovechamos para recordar las muchas razones por las que la adoramos.

Amy Adams y Christian Bale en 'La gran estafa americana'pinit

1. Los premios (que se merece) le hacen la cobra

Ha estado nominada al Óscar seis veces y en todas ellas ha tenido que quedarse sentada y aplaudir a otra con su mejor sonrisa. Su vitrina de trofeos contiene solo dos globos de oro (por ‘Big Eyes’ y por ‘La gran estafa americana’), y a estas alturas nos parece increíble que ni su monja de ‘La duda’ ni la acólita ciencióloga de ‘The Master’, ni la lingüista que habla con extraterrestres de ‘La llegada’ merecieran el máximo galardón. El año pasado pensamos que el bombazo de ‘Heridas abiertas’ rompería la maldición, pero los Emmy la ningunearon una vez más y confirmamos lo que ya nos temíamos: la crítica adora a Amy; los premios no.

2. Odia la fama (a menos que sea por una buena causa)

Amy es el tipo de celebrity que desquicia a los paparazzi. Extremadamente discreta con su vida privada, lleva casi 20 años de feliz relación con su novio de toda la vida, el actor y artista Darren Le Gallo, sin dar a la prensa amarilla un mal titular que llevarse a la boca. Pero ha roto esa reserva para abrirse una cuenta oficial de Instagram y fundar, con su buena amiga Jennifer Garner, @savewithstories. Su meta: convencer a un montón de celebrities para que lean cuentos infantiles-algo que ayudará a mitigar el aburrimiento infantil- y, de paso, pedir donaciones para alimentar a niños con pocos recursos vía Save the Children. Nota para fans: como todos, ha acabado usando su cuenta para publicar fotos de su álbum personal. ¡Echad un vistazo!

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3. Su primera gran decisión profesional fue teñirse

Amy Adams es rubia natural. ¿Os sorprende? Pero, en sus inicios profesionales, se dio cuenta de que solo le llegaban papeles de tonta seductora y decidió teñirse de pelirroja. Inmediatamente, empezaron a ofrecerle personajes divertidos y ocurrentes. Aquello determinó la dirección de toda su carrera. Hoy, su belleza posee una cualidad camaleónica que le permite interpretar a personajes variados y nos recuerda a la de las actrices clásicas (¿alguien más ve lazos estéticos con Rita Hayworth y Veronica Lake? Nosotros sí). Esa belleza clásica, seguramente, ha contribuido a que la ficharan para ‘La mujer en la ventana’, una película con múltiples lazos con el Hollywood clásico.

4. Ha trabajado duro para llegar a donde está

Amy viene de una familia pobre y mormona, para más señas. Es la cuarta de siete hermanos. Su padre, militar, dejó el ejército paracantar en night-clubs mientras su madre se dedicaba al culturismo semiprofesional. Ella recuerda su infancia como una versión urbana de ‘El señor de las moscas’. Empezó trabajando de camarera-cantante en Hooters, uno de esos locales tematizados y con actuación que tenemos tan vistos en la películas. Luego pasó años haciendo episódicos en diferentes series: ‘Aquellos maravillosos 70’, ‘Buffy cazavampiros’, ‘Smallville’, ‘El ala oeste’…).

'Encantada', el primer protagonista de Amy Adamspinit

Su primer papel importante fue en ‘Atrápame si puedes’, y tuvo que esperar seis años antes del siguiente (‘La duda’), que, esta vez sí, inauguró una buena racha que aún sigue: ‘La gran estafa americana’, ‘Big eyes’, ‘Animales nocturnos’… Sus próximos proyectos, tras ‘La mujer en la ventana’, serán ‘Hillbilly elegy’, una de rednecks estadounidenses con Ron Howard como director, y ‘Desencantada’, la secuela de la autoparodia Disney ‘Encantada’, que fue también el primer papel protagonista de Amy.

5. Es, probablemente, la única mujer en la historia que ha rechazado un abrazo de Brad Pitt

Sucedió en el set de ‘El vicio del poder’, que Brad Pitt producía. El actor visitó el rodaje y, al verla, quiso saludarla con un abrazo. Amy estaba caracterizada (y envejecida) para su papel, como esposa del vicepresidente Dick Cheney; acababa de llegar del médico, que le había diagnosticado una conjuntivitis y le había advertido que mantuviera las distancias con todo el mundo para evitar contagios. Así que, sin pensar lo que hacía, detuvo al mismísimo Pitt en su avance abrazatorio y rechazó categóricamente al hombre más deseado del planeta.

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