La revolución eco llega al denim: sostenible, biodegradable y con menos químicos

Si la moda es el mensaje, Stella McCartney es la diseñadora que mejor ha entendido que la revolución ha de ir más allá de estampar un mensaje en una camiseta. De hecho, el 60% de las prendas de su colección de esta primavera 2020 están confeccionadas con materiales sostenibles (econyl, nylon regenerado, poliéster reciclado), orgánicos (lino, algodón) o recuperados (cachemira). Más aún: antes de verano tenía previsto lanzar sus primeros vaqueros biodegradables, una iniciativa que ya tiene la histórica firma Lee desde el pasado mes de enero.

Cerrar el círculo

Puede que este sea un pequeño paso para la gigantesca industria textil, pero marca un hito en la acelerada reconversión que está viviendo la producción de denim, sin duda a la vanguardia en cuanto a investigación y desarrollo de materiales y procesos. El salto que han dado las marcas de denim desde 2010, cuando el informe Vaqueros mortales de la campaña global Ropa limpia denunció técnicas nocivas en la confección de jeans, es enorme.

A partir de la revelación del uso del sandblasting, el chorro de arena a presión para producir el efecto desgastado que provocaba enfermedades pulmonares, supimos además que la producción de un solo vaquero requiere 7.500 litros de agua, que el 70% de los ríos y lagos asiáticos están contaminados por las aguas residuales llenas de químicos procedentes del textil o que dos millones de trabajadores aún entran en contacto con el peligroso permanganato potásico, otro químico usado para desgastar el denim. Por eso, ahora mismo no existe ninguna marca vaquera que aspire a tener alguna relevancia que no esté modificando sus procesos para acelerar la economía circular.

España, a la vanguardia

En un renacimiento tecnológico de su herencia textil, Valencia acoge dos de las empresas que más éxito tienen a la hora de convencer a las grandes marcas internacionales con sus innovaciones en el acabado del denim. Una de ellas es Tejidos Royo, enclavada en Alcudia de Crespins desde 1903 y colaboradora estrella de Lee, Wrangler o Banana Republic gracias a su tecnología Dry Indigo.

“Permite reducir prácticamente un 100% el gasto de agua en la fase del teñido, consumir un 65% menos de energía y utilizar un 89% menos de productos químicos, eliminando los vertidos y sin necesidad de generar ningún tipo de residuo perjudicial para el medio ambiente”, explica José Royo, consejero delegado de la empresa y miembro de la familia fundadora. Se trata de un innovador método de tintado con espuma que desarrollaron mano a mano con Wrangler y origen de su colección sostenible Indigood.

Ya no hay excusas. El conocimiento está disponible y el que no cambie

la manera de pensar y producir estará fuera de la industria”.Carmen silla

También centrada en el acabado de los vaqueros, Jeanología lleva desde 1994 investigando para llevar la eficiencia ecológica a las más importantes marcas textiles, de Levi’s a Inditex. Sus tecnologías están presentes en más de 60 países y más del 35% de los 6.000 millones de jeans producidos cada año en el mundo se benefician de sus innovaciones. Sus eco-lavadoras reducen el agua que requiere acabar un vaquero desde los 70 litros a un tan solo un vaso.

“Nuestro propósito es transformar la industria. Que sea más ética, más eficiente y sostenible. El principal obstáculo no ha sido la tecnología sino la mentalidad del sector, muy apegado a las prácticas de toda la vida”, explica Carmen Silla, directora de marketing y miembro del consejo de administración.

Esas tecnologías que desarrollan –basadas en el uso del láser, el ozono y las nanoburbujas– no solo ahorran agua, también reducen entre un 80 y un 90% los químicos. Además, gracias a su proceso H2Zero, el agua contaminada de las lavadoras se recicla y se reutiliza durante al menos un mes. “Ya no hay excusas. El conocimiento está disponible y el que no cambie su manera de pensar y producir en pocos años estará fuera de la industria”, sentencia Silla. El objetivo de Jeanología para 2025 es la total deshidratación y desintoxicación de químicos en la producción de jeans. “Porque el cambio en el sector del denim puede ser un modelo para el resto del textil”, asegura.

Mentalidad global

Uno de los lugares en los que la tecnología de Jeanología ocupa un lugar importante es en el PVH Denim Center de Tommy Hilfiger de Ámsterdam, el laboratorio del que salen las prendas sostenibles que, en la colección Tommy X Lewis de esta primavera 2020, serán el 75%. Además, la firma se ha adherido al prestigioso programa de circularidad de moda vaquera diseñado por la organización británica Ellen MacArthur Foundation. La iniciativa Jeans Redesign exige unos objetivos para las prendas de las marcas que se adhieren a su programa que observan la durabilidad, la salud material, la reciclabilidad y la trazabilidad. Empresas como Gap o H&M también se han sumado a la campaña, prueba de la importancia que tienen las certificaciones y etiquetas que confirman los esfuerzos éticos de las marcas. En algunos casos como el de Lee, su compromiso va mucho más allá gracias a la línea Back to nature, de jeans biodegradables a la venta desde enero.

La nueva colección de G-Star Raw 100% reciclable tiene el sello de Cradle to Cradle, un instituto líder en el diseño circular que lleva a cabo el proceso de certificación más riguroso del mundo. Confirma una producción con altos estándares sociales, que emplee solo materiales 100% seguros y no tóxicos, así como el uso exclusivo de energías renovables y agua reciclada. Levi’s fue una de las primeras marcas que firmaron con Better Cotton Initiative, la organización que asegura que el algodón procede de granjas de cultivo orgánico o de proveedores de algodón reciclado. Para este año esperan que toda su producción esté certificada, que el 80% utilice la tecnología Water Less que ahorra un 96% de agua y elimina completamente los químicos del proceso para cumplir con su compromiso con ZDHC Foundation (Zero Discharge of Hazardous Chemicals).

Según el informe Global Denim Market Report elaborado por Research and Markets, el mercado del denim experimentará un crecimiento que rondará el 2,8% anual entre 2019 y 2023. Con una producción anual de cerca de 10.000 prendas vaqueras, resulta vital que las firmas se comprometan con una producción sostenible por responsabilidad social o, al menos, por puro interés comercial. Además, el 82% de los consumirores millennial y de la Generación Z entiende que es “muy importante” que las empresas sean responsables con el medio ambiente, de acuerdo con otro estudio de la consultora Euromonitor.

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