Quizás fuesen las palabras que la semana pasada le hizo llegar Albert Barranco de parte de su padre, pero lo cierto es que, tras casi dos meses, Rocío Flores (así ha adelgazado desde su llegada a la isla) ha conseguido cumplir uno de los retos, que convirtió en promesa a sus hermanos, que se había marcado cuando se embarcó en ‘Supervivientes 2020’.
Entre todas las muestras de afecto y de orgullo por cómo estaba desarrollando su concurso, le pedía al que está siendo el pilar sobre el que se apoya su hija para seguir adelante, que le recordara que había prometido a sus hermanos que iba a «dedicarles un pez». Barranco no solo le dio el mensaje, sino que ha ayudado a Rocío a que pueda cumplir con su palabra.
Una vez recuperado de ese susto de salud que provocó que fuera evacuado durante unas horas el pasado fin de semana, Albert animaba a su compañera a que se metiera en el agua con él a pescar. Lo hacía después de que, en medio del bajón que está viviendo, le comentara que era la única que no lo había conseguido. «Mañana vamos a ir a pescar tú y yo«, eran las palabras de quien se ha convertido en su confidente.
Dicho y hecho. «Ay, que me muero, ¡qué he pescado!», exclamaba con su pieza al aire e, inmediatamente, acordándose de ellos: «Se lo dedico a mis hermanos Lola y David«. Además, está segura de que no va a ser el único pez que consiga sacar del agua para contribuir a la comida de los supervivientes: «Este es mi primer pez pero no el último. Espero pescar muchos más».
Quizás este fuera el punto de inflexión que necesitaba la hija de Rocío Carrasco y Antonio David Flores para despegar y salir de ese bucle de ansiedad y tristeza, tan peligroso, en el que se había metido desde hace semanas.
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