El picoteo ha sido siempre la peste de cualquier dieta. Pero ahora, en estos tiempos muchas veces aburridos en los que todos creemos merecer una recompensa, el picoteo amenaza con convertir la operación bikini en un extremo entrenamiento militar.
Para quitarnos la mala conciencia, pensamos que si pecamos con unas chips vegetales, no acabaremos en el infierno del michelín. Pero no es saludable todo lo que la industria alimenticia lleva tiempo intentándonos vender como tal.
Y es que tranquiliza mucho hincarle el diente a un producto que asegura contener brócoli o remolacha. Pero muchos de ellos no pasan “la prueba del algodón”. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) analizó el contenido de 17 bolsas de chips vegetales. La conclusión es que estas aportaban un promedio de 506 kcal, mientras las demonizadas chips de toda la vida presentaban 522 kcal.
Y una puede barruntar: vale, engordan igual, pero tienen que ser más saludables. Pues tampoco. En el mencionado estudio se demostró que presentan niveles más altos de azúcares libres. El caso más alarmante es el de las chips de remolacha, que alcanzan hasta un 45% de estos azúcares. Más o menos como si te estuvieras tomando una lata y media de un refresco.
Para hacernos una idea, de peor a mejor, en cuanto a azúcares libres, la cosa quedaría así. A los chips de remolacha le siguen de cerca los de zanahoria y calabaza, que empatan con un 44%. Aunque los de calabaza tienen a su favor que presentan más fibra y menos sal. Los que parecen –y atención, sólo parecen– más saludables son los de brócoli, que aportan sólo un 6% de azúcares. Pero se ponen las botas con la materia grasa: un 47%.
Así que no tenemos excusa: los chips vegetales siguen siendo de lo más chips. Así que si buscas un picoteo saludable, recuerda que unas crudités de zanahoria y apio con humus serán siempre una mejor opción que cualquier otro producto que venga en bolsa.
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