La Familia Real Británica no ha quedado al margen de las instrucciones dadas por el Gobierno británico para mitigar la propagación del coronavirus. La recomendación de que los mayores de 70 años se queden en casa para evitar el contagio ha sido seguida a rajatabla por la reina Isabel II, que cumple 94 años este mes de abril, y por su hijo Carlos, que ayer mismo dio positivo en el test pero se encuentra con síntomas leves.
La Reina se encuentra en el castillo de Windsor junto a su marido, Felipe de Edimburgo, y un reducido equipo de servicio y seguridad. Desde allí intenta mantener normalidad y seguir con sus tareas habituales, tal y como ha demostrado en su última publicación de Instagram.
En ella, Isabel II aparece hablando por teléfono con el primer ministro británico, Boris Johnson. Vestida con una blusa y una chaqueta de punto lila, el color de la temporada, no hemos podido quitar ojo del teléfono de la Reina, un aparato vintage en color crema que lleva décadas con ella y que seguramente no ha querido cambiar nunca por su comodidad.
Una imagen con la que Isabel II ha querido mostrar tranquilidad y normalidad, enseñando que la audiencia semanal que siempre mantiene en el Palacio de Buckingham con el primer ministro se sigue produciendo, aunque ahora sea por teléfono.
Pero este no ha sido el único detalle que hemos podido conocer del salón de Windsor donde Isabel II pasa estos días. La reina tiene en su escritorio de madera varias figuras de porcelana que reproducen su raza de perro favorita, los corgis. La monarca tiene varios ejemplares y la semana pasada, cuando abandonó Londres en coche, llevaba uno de ellos en su regazo.
El salón de la reina también está decorado con varios trofeos de hípica, una lámpara de mesa con una pantalla con flecos, sillones tapizados con estampado vegetal y cojines de terciopelo. Una decoración clásica que seguramente es muy del gusto de Isabel II.
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