El primer fin de semana de octubre se va a celebrar en Madrid una de las bodas más interesantes de la temporada. La que unirá al empresario español Jaime Urquijo Zóbel de Ayala y a la filipina de origen español Alexandra Suarez. La celebración, que durará tres días, empezará el jueves 3 de octubre con una "welcome party" en el Palacio de Santoña, seguirá el viernes con un "asado and dancing" en la finca El Feligrés, ubicada en Arganda del Rey (Madrid), y terminará con la ceremonia nupcial en la finca Los Molinos, también ubicada en Madrid y propiedad de Carmen Fernández de Araoz, conocida en los círculos de sociedad como Piru Urquijo, abuela del novio. Al festejo se esperan más de mil invitados y algunos de los apellidos más granados de la sociedad española. ¿Pero quiénes son estos jóvenes guapos, de buena familia y sobradamente preparados?
Jaime es nieto de Jaime Zóbel de Ayala, un hombre de negocios filipino, filántropo y fotógrafo amateur que presidió hasta 2006 el conglomerado de empresas Ayala Corporation, el más antiguo y grande de Filipinas, y que incluye negocios de banca, inmobiliarios, hoteleros y de telecomunicaciones. En 2018, Forbes le estimó una fortuna de 4.000 millones de dólares. Tuvo siete hijos, entre ellos Beatriz Jr., madre de Jaime, casada en 1984 con Juan Urquijo en una boda que reunió en Madrid a más de mil invitados y a la que asistieron los duques de Calabria y el archiduque Andrés Salvador de Austria, entre otras personalidades. Desafortunadamente Bea Jr., enviudó muy joven: Juan falleció en 1995 tras sufrir un accidente aéreo en París. Además de Jaime, la pareja tuvo otra hija: Paloma. Hoy Bea jr. mantiene una relación con el fotógrafo Fernando Manso, un artista que sigue trabajando con cámara analógica y huye de los ordenadores.
Por vía paterna, a Jaime tampoco le falta pedigrí. Su abuelo, Jaime de Urquijo y Chacón, fue presidente de Energía e Industrias Aragonesas y vicepresidente de Tabacalera. Su abuela, la citada Piru Urquijo, es nieta de Gregorio Marañón, tía abuela de Sofía Palazuelo y una de las mujeres más elegantes de España.
Aunque Jaime nació en España, desde muy pequeño se ha formado fuera de nuestras fronteras. Estudió en Inglaterra en los internados All Hallows y Worth School y en 2010 se graduó en Ciencias políticas por la Universidad de Notre Dame. Hace tan solo un año terminó el correspondiente MBA en el INSEAD, una de las escuelas más prestigiosas de Europa. Ha trabajado como analista en JP Morgan y desde hace cinco años trabaja en la corporación familiar. Aunque Jaime es una persona discreta y de perfil mediático bajo, ha aparecido en la edición filipina de la revista Tatler, donde lo adoran.
Alexandra, la novia
Por su parte, Alexandra Suarez no es solo un bellezón de rasgos asiáticos sino una mujer con una trayectoria meteórica. Aunque estudió un título de posgrado en Administración de empresas en la universidad de Boston y trabajó durante cinco años en banca, Alex es consciente de la importancia de la tecnología y de cómo ha cambiado la vida de la gente. En 2014 fichó por Uber, donde estuvo trabajando dos años; luego saltó a Google Filipinas, donde pasó otros dos y ahora, desde diez meses, es consultora en Bumble, un app de citas donde solo las mujeres pueden dar el primer paso. Alex, como Jaime, reside en Manila.
Conexión Sotogrande
Además del imperio empresarial que los Zóbel montaron en Filipinas, la familia también está vinculada a la creación de la exclusiva urbanización de Sotogrande, en Cádiz. En 1962, el filipino Joseph Rafael McMicking –casado con Mercedes Zóbel de Ayala– le pidió a su primo que explorara las costa del Mediterráneo en busca de un lugar exclusivo donde montar una urbanización. Tras recorrer la costa en moto descubrió el lugar perfecto con playas vírgenes y buenas comunicaciones con un aeropuerto. Junto a sus sobrinos Jaime y Enrique Zóbel, McMiking eligió la finca llamada Paniagua en San Roque, cerca de Gibraltar, para iniciar la materialización de sus planes. Desde Sotogrande, Manila y otras partes del globo viajarán los invitados para celebrar uno de los enlaces más fastuosos del otoño.
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