Verónica Boquete nació en Santiago de Compostela el 9 de abril de 1987. Desde pequeña, soñó con ser una de las grandes del fútbol y lo consiguió. Ha sido capitana en la selección española y desde 2015, embajadora de la UEFA. El estadio público de su ciudad natal lleva su nombre y es un referente del fútbol femenino. Ha forjado su carrera profesional en España, Estados Unidos, Rusia, Suecia, Alemania, Francia… Actualmente juega como media punta o segunda punta en el equipo Utah Royal FC de la National Women’s Soccer League, USA.
Además de ser una de las grandes de este deporte, Vero Boquete, como la conoce todo el mundo, ha incorporado a su vida una faceta nueva: los análisis deportivos que podemos leer en su columna del diario ‘El País’. Verónica tiene otra pasión además del futbol: su amor por los animales y en especial por Lía. En una de sus visitas a España, hemos tenido la oportunidad de conocerla.
Corazón ¿Lía es una bóxer?
Verónica Boquete Sí. Tiene nueve años. Lía llenó el vacío que nos dejó otra perra que se murió. Mi padre apareció un día con una cachorrita y nos dijo: ya no podemos vivir más sin un perro. Y aquí la tienes.
C. ¿Los bóxer tienen mucho carácter?
V. B. Lía es muy cariñosa. Hay veces que por su aspecto a la gente le parece que son brutos o agresivos, pero yo creo que son todo lo contrario. Es una raza buena para la familia, para los niños y la gente mayor. Todo depende de cómo se les eduque. Ella no ha necesitado un adiestramiento especial. Como puedes comprobar, aunque tiene nueve años, sigue teniendo la misma energía que cuando era más joven.
C. ¿Cómo se mantiene en buena forma?
V. B. Sale mucho a la calle. Sus horarios están muy bien organizados. Sale por la mañana, después de comer y por la noche. Procuramos que coincida con los amigos del barrio para socializar. Lo que sí hacemos es controlarle la alimentación, aunque alguna vez le damos algún capricho.
C. Ahora juega en Estados Unidos y Lía se queda en España. ¿La echa de menos?
V. B. Nos echamos de menos las dos. Es un miembro más de la familia y el estar lejos no es fácil. Yo la veo por Skype y le digo cosas y ella me ladra cuando escucha mi voz. Mis compañeras, cuando me ven hacerlo, se ríen mucho. Pero se echa de menos el día a día, el llegar a casa y que te reciba siempre con alegría.
C. En su ausencia se queda con sus padres. ¿Ejercen de ‘abuelos’?
V. B. Por supuesto. A mis padres y a mi abuela, que vive en casa, les hace mucha compañía. Aunque después de mí, por el que siente pasión es por mi padre —Nicasio—. Es con el que sale y el que la lleva con sus amigos… Es lógico.
C. No parece que en su caso la distancia sea el olvido.
V. B. Cuando me marcho, lo sabe y pasa unos días malos, pero cuando regreso, se vuelve loca de alegría y yo también. La primera semana no se separa de mí, me sigue a todas partes. Como una persona.
C. ¿Cuándo piensa volver a España?
V. B. Llevo mucho tiempo fuera. Actualmente en Estados Unidos, pero antes estuve en Alemania, Francia, Suecia… Hasta ahora, ser futbolista profesional en España era muy complicado, casi imposible, tanto por contrato como por ambición.
C. Las futbolistas españolas han necesitado hacer huelga para tener un convenio como los hombres. Cuándo salen al campo, ¿las aficiones les respetan?
V. B. Al principio de mi carrera, recibía los peores comentarios. Ser mujer y jugar al futbol sorprendía. Ahora lo que más recibo son aplausos y ánimo. En el futbol femenino creo que hay más respeto y educación.
C. Con su palmarés y siendo la jugadora más internacional que ha tenido España, ¿cómo se siente por estar fuera de la selección española?
V. B. Cada persona es responsable de sus actos y de sus palabras. Yo he estado en la selección catorce años y todo lo que he hecho ha ido en una línea correcta. Mi salida no ha dependido de mí y no creo que sea por mi fútbol y eso me da más rabia y pena.
C. ¿Qué consejo daría a las niñas que quieren seguir sus pasos?
V. B. Es posible que alguna tenga dificultades para dedicarse a este deporte. Yo les aconsejo que miren a las que estamos y que sigan nuestro camino.
C. ¿A qué le obliga ser un referente del futbol femenino?
V. B. Cuando sabes que hay gente pendiente de lo que haces, tienes la responsabilidad de hacerlo bien y con coherencia y dar un buen ejemplo.
C. ¿Qué sensación le produce tener un estadio con su nombre y en su tierra natal? (Santiago de Compostela)?
V. B. Es el mayor reconocimiento. Pero lo que más me gusta no es que lleve mi nombre, sino que sea un nombre de mujer.
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