Puede que sus recomendaciones sobre bienestar y estilo de vida (y, sobre todo, el marketing con el que vende algunos productos en su website Goop) estén en entredicho, pero de lo que no se puede dudar es de su capacidad como prescriptora. Gwyneth Paltrow se fotografió hace dos semanas con cara de preocupación y una mascarilla anti coronavirus y ya está agotada en todo Estados Unidos. Y eso que cuesta, según los modelos, entre 100 y 400 euros. De nada ha servido la insistencia de las autoridades sanitarias en que solo son de utilidad para los enfermos por coronavirus o las personas que los atienden (por descontado, todo el personal sanitario). Al igual que ha sucedido en España, la fiebre por protegerse ante el COVID-19 ha arrasado con las existencias de mascarillas. Para las famosas del mundo de la moda, son ya casi un accesorio más.
Gwyneth Paltrow se colocó la mascarilla durante un vuelto entre París y Estados Unidos, cuando volvía de un ‘front row’ de la Semana de la Moda. Se trata de un modelo de la firma sueca Airinum que ha desaparecido de las tiendas en todas sus versiones, desde la más sencilla de alrededor de 100 euros hasta la más cara, que llega a los 400 euros. Se trata de la Urban Air Mask 2.0, promocionada como la más segura del mercado, y disponible en negro, rosa perla y gris cuarzo.
Otras versiones de la mascarilla de Airium están diseñadas en colaboración con la marca de moda Nemen y son de color verde pistacho, verde militar y gris. Esta marca sueca fue además elegida por la firma Marine Serre para fabricar las espectaculares mascarillas que presentó en su colección de otoño/invierno 2020-2021, en la última Semana de la Moda de París.
«Las mascarillas se han convertido en un accesorio de moda en este siglo XXI, cosa que debería hacernos pensar sobre nuestro estilo de vida y crear concienciación sobre el cambio climático», se puede leer en el website de Airinum. Sus máscaras están pensadas para proteger los pulmones de la polución, el humo y las partículas nocivas que se encuentran en suspensión en el aire. Además, reducen la exposición a bacterias. De momento es imposible hacerse con alguna de ellas, aunque ya anuncian que en abril y julio recibirán nuevo stock. Se agotará.
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