¿Crees en la suerte? Pues déjala para los juegos de azar, porque dar con la base de maquillaje que le va a tu tipo de piel no es cuestión de casualidades. Es más, elegir el fond de teint puede ser tan complicado como interpretar las instrucciones para montar un armario empotrado o, si manejas los conceptos básicos, tan fácil como comprarlo ya hecho.
Partiendo de que buscar la base adecuada puede ser algo muy engorroso, antes de ensuciarte las manos probando infinidad de muestras, ten en cuenta lo que te vamos a revelar y que te va a ayudar a acertar al 100% con el producto que más te conviene. Es el paso previo a todo lo demás: a elegir el color, la duración, el envase, etc.
Si tienes la piel seca, evita fórmulas oil-free, porque van a deshidratar aún más tu piel y se cuartearán o parecerá que llevas una máscara sobre la piel. Por la misma razón, huye de las bases de maquillaje compactas. Lo que mejor te va a ir es una base de maquillaje fluida, que incorpore ingredientes hidratantes, como glicerina o lanolina.
En el caso de que el tuyo sea un cutis con tendencia grasa, de lo que se trata es de contrarrestar los brillos. Así que antes de fijarte en otras cuestiones, asegúrate de que el producto está libre de aceites y, de paso, si contiene agentes tratantes para regular la secreción de sebo y disimular los poros, mejor que mejor. Y, una cosa más, un spray fijador del maquillaje te ayudará a que este no se desplace, especialmente si te espera una jornada larga.
Cuando lo que tienes es una piel sensible, lo más importante es que la composición no tenga ni alcohol ni fragancias. Los aceites minerales y los parabenos tampoco son buenos amigos de esta piel, y pueden resultar muy reactivos, por tanto, evítalos. Confía, en cambio, en texturas ligeras e hipoalergénicas con agentes calmantes y, a ser posible, específicamente creadas para este tipo de pieles.
Fuente: Leer Artículo Completo