Según lo que ha afirmado hoy Álvaro de Orleans-Borbón en El País, el primo lejano del rey Juan Carlos era también su agente de viajes particular. El encargado de pagarle los vuelos privados entre 2007 y 2018, –"muchos", como revela–.
No es la primera vez que el pariente del emérito asegura haberse encargado de esos vuelos: cuando las conversaciones de Villarejo aparecieron en El Español, el aristócrata también repitió dos de los datos que compartía hoy: que la amistad con Juan Carlos de Borbón se basaba en una pasión compartida por la tecnología y que los vuelos los había pagado él, pero que no era testaferro del rey.
Sin embargo, queda la curiosidad de cuánto cuesta volar como un royal: Air Partner, la compañía nombrada en esas cintas, también sirvió durante mucho tiempo a la familia real británica en exclusiva, aunque Harry y Meghan usaron este verano los servicios de otra rival, NextJets, para desplazarse hasta Ibiza. A ellos la ida y la vuelta les salió por unos 20.000 euros. Como siempre, es imposible estimar un precio fijo –depende mucho del modelo, la antelación y el destino–, pero en el caso de Air Partners –compañía con más de medio siglo a sus espaldas y cotizada en bolsa–, sus servicios permiten hacerse una idea.
En el caso del rey Juan Carlos, sabemos por ejemplo que pasó la Nochevieja de 2014 en Los Angeles. Un vuelo transoceánico donde la oferta más barata actual de Air Partners es una tarjeta –posterior a los tiempos del rey, eso sí– en los que el precio se fijaba en 14.000 euros la hora. La tarjeta incluye unos cuántos beneficios extra (un 15% de descuento si coges vuelo de vuelta, por ejemplo).
Así que la aventura de un Madrid-Los Angeles (unas 12 horas de vuelo, en alguno de los cuatro modelos de jet privado a la última), puede salir por unos 168.500 euros la ida, o 286.500 euros la ida y vuelta para disfrutar una Nochevieja real.
En el caso de vuelos intereuropeos, la tarifa puede reducirse a 5.000 euros la hora, en parte por las facilidades que el espacio europeo ofrece a las compañías. Un vuelo privado tiene la ventaja de ahorrarse colas, poder embarcar hasta cinco minutos antes de la salida del vuelo por la terminal de negocios y que la compañía, entre sus servicios añadidos, tramite todo lo necesario en seguridad y equipajes para causar las menores inconveniencias al VIP.
Algunos aeropuertos, como el de Cannes, acostumbrados al trasiego de jets privados y avionetas cargadas de fortunas, ya tienen habilitado incluso un sistema para que sus pasajeros especiales accedan al avión sin pasar ningún control de seguridad ni equipaje, siempre que el vuelo se produzca dentro del espacio Schengen.
Sin embargo, los vuelos no son tan opacos como queremos creer: el manifiesto de vuelo, ya sea comercial o privado, necesita obligatoriamente llevar el listado de viajeros. Siempre. Otra cosa es que don Juan Carlos, al presuntamente pedirle a la generosa fundación de Orléans-Borbón "para ayudar a la realeza" que le abonara los pasajes, se ahorrase figurar en algo casi más importante que los destinos ante según qué miradas: las transacciones económicas.
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