Fue el atuendo favorito de Kate Moss en los 90. Pero también el de Gwyneth Paltrow, Christy Turlington o Carolyn Bessette. A pesar de su fama de tejidos complicados, el raso y el satén han sido capaces de superar los límites de la tendencia y convertirse en básicos, y si la temporada pasada fueron las faldas midi las que saltaron a la palestra, esta primavera es el vestido el que irrumpe con fuerza ante el aluvión de citas y eventos primaverales que se aproximan. A pesar de que es aconsejable seguir algunas recomendaciones básicas a la hora de llevar un vestido de estas características, el resultado final siempre merece la pena.
© Cortesía de Mango
La versión 2020 del slip dress pasa por añadir centímetros a las mangas y al largo, que pasa del midi a descansar sobre los tobillos. Además, dobla la apuesta al teñirse de púrpura y desafiar incluso a las más atrevidas –siempre en términos de riesgo estilístico–. Si perteneces a ese grupo y estás decidida a hacerte con esta propuesta de Mango, he aquí algunos detalles a tener en cuenta:
– El satén se arruga (y mucho); ten en cuenta las horas que vas a permanecer sentada sino quieres levantarte y que tu vestido se haya transformado en un acordeón.
– Elige muy bien la ropa interior con la que ponértelo (si decimos que tiene fama de tejido difícil, por algo será).
– Cuidado con los brillos; la luz artificial es traicionera y es capaz de provocar reflejos indeseados sobre tu silueta y volúmenes inexplicables.
© Cortesía de Mango
Eso sí, tiene ciertas ventajas que difuminan cualquier complicación inherente en él: que es precioso, que es tendencia y que es deslumbrante.
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