Cuando la comida se cruza con el estrés, malo. Pero cuando la comida se cruza con una buena técnica de relajación como es la meditación, surge el amor, la calma y la tranquilidad y no hay oleada de prisas y estrés que acabe con ella. Los autores de Cuaderno antiestrés (Kitsune books), lo saben, y por eso nos explican paso a paso cómo lograr con un sencillo ejercicio la calma total, estés en la oficina o en disfrutando de una tostada con tomate y un café en la cafetería de la esquina (eso sí, tienes que comer sola, que lo de desconectar tu mente mientras alguien te habla todavía no se ha inventado).
Paso 1. Siéntate delante de la comida y respira profundamente varias veces. Fíjate en el color, la forma y su textura. ¿Te parece apetecible? Sientas lo que sientas sobre tu comida, percíbelo.
Paso 2. Sé consciente de tu intención de empezar a comer. Extiende la mano con lentitud hacia tu sándwich y, mientras tanto, toma nota mental de la acción. Cuéntale a tu mente lo que estás haciendo: “Me acerco… Me acerco… Me acerco”. Al ponerle nombre a tus acciones, te será más fácil mantener en mente tu propósito: estar atenta. Cuando tengas el sándwich en tu mano, advierte que lo estás levantando (y díselo a tu mente): “Arriba… Arriba… Arriba”.
Paso 3. Contempla tu mano mientras te acercas el sándwich a la boca. Cuando lo tengas delante, tómate un instante para inhalar y capatar su olor. ¿Qué olores reconoces? ¿Percibes la mayonesa? ¿Cómo reacciona tu cuerpo a ese olor? ¿Se te hace la boca agua? Repara en las sensaciones de tu cuerpo ante el deseo de la comida.
Paso 4. Mientras das el primer mordisco, siente cómo penetran los dientes en el pan. Cuando terminas de morder, ¿en qué posición está la comida en la boca? ¿De qué forma la lengua coloca la comida para que quede entre sus dientes? Empieza a masticar despacio. ¿Qué sensaciones notas en los dientes? ¿Y en la lengua? ¿Qué sabores detectas? ¿El tomate? ¿El queso? ¿Dónde tienes el brazo? ¿Lo has vuelto a poner en la mesa? De ser así, ¿has notado el movimiento?
Paso 5. Cuando tragues, intenta ser consciente de cómo se contraen y relajan los músculos del esófago a medida que empujan la comida hacia el estómago. ¿Dónde está la comida cuando terminas de tragar? ¿Percibes las sensaciones de tu estómago? ¿Está tu estómago vacío, lleno o en un término medio?
Paso 6. Mientras sigues comiendo el sándwich, intenta estar atenta al máximo número de sensaciones que puedas. Ponle nombre mentalmente a cada movimiento si eso te ayuda. Intenta comer con la mano que no usas normalmente, porque esa novedad puede ayudarte a prestar atención. Como ocurre con la meditación básica, cuando aparezcan los pensamientos, repara en ellos y, después, vuelve a centrar la atención en la comida.
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