Si eres de las que se queja de que los médicos te quitan todo lo que te gusta, atenta a este estudio. Por lo visto, gracias a su alto contenido en flavonoides antioxidantes (especialmente en epicatequina), las tazas de cacao calentito pueden ayudar a que camines más y mejor porque esta sustancia aumenta la circulación sanguínea.
Eso afirma un estudio realizado por la Universidad Northwestern de Chicago (y publicado en la revista Circulation Research de la American Heart Association) en el que escogieron a un grupo de personas con enfermedad arterial periférica para que bebieran una taza de cacao tres veces al día durante seis meses. Transcurrido ese tiempo, los que habían incluido en su dieta este alimento caminaron más lejos que los que no habían bebido cacao.
La enfermedad arterial periférica supone un estrechamiento de las arterias y causa dolor, opresión y calambres en los músculos de las piernas al caminar. Las personas que la sufren, la mayoría mayores, tienen dificultades para andar porque los músculos de sus piernas no están recibiendo todo el oxígeno que necesitan. Los resultados de este estudio apuntan a que consumir cacao de forma regular contribuye a proteger los músculos de las pantorrillas.
Además, los investigadores comprobaron que el cacao logró otras mejoras en la salud muscular: aumentó la actividad mitocondrial (que ayuda a las células a conseguir energía) y la densidad de los vasos capilares, lo que facilita que llegue más oxígeno a los tejidos durante el ejercicio.
Mientras los autores del estudio continúan estudiando si el chocolate caliente puede ser un buen remedio contra esta enfermedad (el grupo de voluntarios fue de tan solo 44 personas), te adelantamos la receta que puede hacer que tus piernas, cansadas pero no enfermas, puedan aprovechar las virtudes del cacao: tomar 15 gramos (siempre sin azúcar) tres veces al día.
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