Después de recibir el Goya de Honor en 2015 y tras sufrir un infarto dos años más tarde, el renacer del fénix Antonio Banderas pasa por ser el mejor actor del pasado Festival de Cannes con la última película de Almodóvar y por reinventarse como empresario regalándole un teatro a su Málaga natal. El actor protagoniza el nuevo número de Vanity Fair. A continuación, un extracto de nuestro encuentro con la estrella.
“No pienso que me vayan a dar el Goya porque ese tipo de cosas son la madre de las frustraciones"
Aún no ha recibido un Oscar, situación que puede cambiar el próximo febrero, aunque Banderas quita hierro a ese asunto y también a su más que probable Goya: “No pienso que me lo vayan a dar, porque ese tipo de cosas son la madre de todas las frustraciones. De repente, sale otro candidato mejor y te quedas con cara de tonto. Yo voy a ir a la ceremonia [de los Goya], en principio como invitado; no estoy ni nominado todavía”.
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“Quiero a mi ciudad y me hace ilusión ver una Málaga que es un éxito antes de morirme"
Banderas se encuentra inmerso en la construcción del teatro del Soho: Estoy invirtiendo cantidad de energía y de fondos, pero merece la pena. Es un viejo sueño… y un lío, porque montar un teatro es complicado. Solamente para la primera obra que representaremos, que es relativamente sencilla —unos chicos y unos cuantos espejos—, llevo a 100 personas en el escenario. Si quieres hacerlo como en Broadway, con 17 músicos en directo y ni una voz pregrabada, se complica todo mucho,pero quiero ofrecer a Málaga una cosa de verdad, no una compañía B ni C. Además, nace sin ánimo de lucro. Si hay ganancias, no se van a repartir los dividendos y se reinvertirán en el teatro. Voy a perder porque así lo he decidido: todos los años invierto 225.000 euros.
—¿Cuánto tiempo se plantea perder dinero?
—El resto de mi vida.
—¿El resto de su vida?
—Esto tiene que quedarse ahí. Quiero mucho a mi ciudad, es parte de mi vida y me hace una ilusión tremenda ver una Málaga que es un éxito antes de morirme. Ya se están dando las condiciones, por muchas razones. Lo de los museos está muy bien, pero ese es un arte pasivo. Lo que yo propongo es arte activo: gente joven trabajando, preparándose, saliendo. Creo mucho en el talento que hay en Andalucía y en mi gente. Es otro tipo de egoísmo.
—¿Hay una cosa de legado, de mecenas?
—No, hay una cosa de satisfacción personal muy profunda, por eso no tiene tanto de altruismo.
Sobre Plácido Domingo: "La presunción de inocencia es un derecho que se ganó mi generación a base de pegarnos en los 70"
Frente a las acusaciones de acoso sexual vertidas contra Plácido Domingo el pasado mes de agosto, Banderas declara a Vanity Fair: “La presunción de inocencia fue un derecho que se ganó mi generación —entre otras— en este país a base de pegarnos en las calles en los setenta. No puedo señalar a alguien sin saber las circunstancias de por qué se producen esas denuncias. Qué es lo que hay detrás. Debemos tener mucho cuidado. Si no, es muy fácil convertirse en lo que uno critica. Estamos a un paso de eso”.
“Eli es un chico encantador y ya le he dado el "Si quiero", confiesa sobre la relación entre su hija Stella del Carmen y el joven Eli Meyer"
Su hija Stella del Carmen y el joven Eli Meyer acudieron juntos al concierto de Il Divo en el Festival Starlite el pasado 12 de julio, y el actor no puede estar más feliz con su yerno: “A su padre, Ronald Meyer, lo conocí cuando era miembro fundador y agente de CAA (Creative Artists Agency), antes de ser vicepresidente de NBCUniversal. Eli es un chico encantador y ya le he dado el ‘sí, quiero”, confiesa mientras prorrumpe en una carcajada.
Sobre su actual pareja Nicole Kimpel: "Creo que no habríamos enganchado tan bien en otra época de mi vida en la que la efervescencia de Melanie era intoxicante"
“Lo mejor que me puede pasar en este caso es que es totalmente diferente a mí. No tenemos nada que ver. Es una mujer muy discreta, muy tranquila, muy germánica, muy racional y no se altera por casi nada. Me complementa, porque yo soy pura intuición y ahora mismo yo necesitaba de una persona que supiera entender la vorágine en la que me muevo, que la aceptara y que me ayudase (…) Creo que no habríamos enganchado tan bien en otra época de mi vida en la que la efervescencia de Melanie era intoxicante. Me atraía muchísimo todo ese mundo. Melanie es una especie de champán de burbujas, una estrella que sabe comportarse. Ella era muy divertida en un momento determinado en que jugamos y lo pasamos muy bien. En el cómputo total, no he enterrado esos 20 años, que fueron maravillosos. Cada vez que nos vemos sacamos los álbumes de fotos y nos reímos. La culpa [de la ruptura] no fue de nadie y no lo consideramos un fracaso. Simplemente, llegó un momento en que se agotó el motor que nos movía.Melanie será absolutamente importante hasta el día que me muera. En presente absoluto. Si toca el cuerno porque me necesita, allí estaré; y lo mismo ella, lo que tarde el avión. Nos adoramos.
—Si ella es champán, ¿qué bebida es Nicole?
—Nada alcohólico, porque no bebe. Sería un zumo de fruta fresca, totalmente detox.
La entrevista completa, en el número de octubre de Vanity Fair España, este viernes en los quioscos.
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