Teñirse es algo más que cambiar tu color de pelo. Es suscribir un contrato con tu melena, en el que te comprometes a cuidarlo, y darle cariño, para que luzca como el primer día el máximo tiempo posible. O al menos eso es lo que se supone. Luego conseguir los productos adecuados se convierte en misión imposible, no tienes tiempo para una rutina capilar que añadir a la lista o, simplemente, bastante tienes con que no se te vean demasiado las raíces.
Pero si quieres tomarte en serio tu tinte color rubio, el tóner capilar se va a convertir en tu nuevo aliado de belleza. Porque va a aportar y mantener los tonos perfectos para convertir tu melena en pelazo suavizando su color. Y lo va a conseguir como si se tratase de nuestro bronceador facial, no cambia el tono del tinte, simplemente le aporta calidez.
Si tu apuesta por rubio viene de los archiconocidos tintes ombré, sombré y balayage, el tóner también puede ser el aliado que eches en falta cuando salgas de la peluquería y compruebes que, tal vez, no es del todo lo que querías. Eso sí, conviene que selecciones en tono que más le conviene a tu melena en tiendas especializadas, y te recomienden el que más se acerque a lo que quieres conseguir. Porque no es lo mismo acercarse a un rubio más ceniciento que matizar el brillo de nuestro pelo agregando un tono caramelo.
Cada producto tiene un manual de uso muy específico y conviene seguirlo al pie de la letra. Para matizar tonos no es necesario aplicarlo en todo el cabello, sino simplemente en esos mechones cuyo color queremos corregir. El tóner alterará el matiz del rubio, pero en ningún momento tendrán efecto cromático en un pelo más oscuro. Y aunque cuanto más nos lavemos el cabello más tendremos que tonificarlo, en ningún caso lo usaremos incontroladamente, ya que podemos causarle graves daños.
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