Artículo publicado originalmente el 8 de junio de 2017 y actualizado el 16 de enero de 2020, cuando se ha conocido la condena de 18 meses y 52,4 millones de euros de multa impuesta a Jaime Botín por el juzgado penal 27 de Madrid. La sentencia, que se puede recurrir, considera probado que incurrió en contrabando de bienes culturales pero rechaza que la embarcación en la que transportaba la obra pase a ser propiedad pública como pedía la Abogacía del Estado.
Esta historia podría servir como guión para una secuela de La Pantera Rosa. Un enigmático millonario oculta en su barco una obra de arte protegida por el gobierno y es cazado en el puerto de Córcega justo cuando la iba a enviar en un ‘jet’ privado a Ginebra para venderla al mejor postor. En este relato, como en la mítica película de Blake Edwards, hay intrigas, destinos glamurosos, detectives sagaces, tasadores oportunistas, abogados aguerridos y, lo mejor de todo, hechos verídicos.
Este jueves, Jaime Botín, expresidente de Bankinter, ha sido condenado a 18 meses y 52,4 millones de euros de multa por el contrabando de Cabeza de mujer joven, valorado en 26,2 millones euros. Todo el mundo habla del lienzo, una obra de especial singularidad por pertenecer al periodo Gósol, una de las épocas menos prolíficas y conocidas del artista malagueño. Pero la verdadera joya de este caso es el Adix, el barco donde el banquero cántabro guardaba con celo su cuadro.
El Adix no siempre se llamó así, y tampoco estuvo siempre en manos de Botín. El precioso bergantín-goleta, de 64.85 metros de eslora, 8,66 de manga y una superficie de 1.720 metros cuadrados, fue construido a mediados de los ochenta en Astilleros Mallorca, en Palma, a petición del empresario argentino Carlos Perdomo. El millonario sudamericano lo bautizó Jessica y, según la prensa de la época, habría pagado 350 millones de pesetas por él (unos dos millones de euros ) .
Los expertos lo consideran el último gran velero hecho en la isla y uno de los 10 yates a vela más grandes del mundo. Perdomo, ex propietario del famoso barco América (vendido a Ramón Mendoza) , quiso que fuera un símbolo del lujo clásico inspirado en la célebre goleta Atlantic. Y lo consiguió. Su construcción supuso un hito: se llevó a cabo en la grada cubierta del astillero. La cubierta y los interiores están recubiertos con maderas nobles traídas de Burma y trabajadas por los últimos mestres d´aixa. El barco tuvo que ser trasladado en un gran carguero a Inglaterra para poder colocarle los tres palos de su arboladura. Era más fácil llevarlo a las islas británicas que transportar los mástiles a Mallorca.
REY A BORDO
En los años 80, el Jessica se convirtió en un punto de encuentro de la jet set nacional. Durante los veranos mallorquines, una tripulación de 14 personas permitía a Perdomo recibir y atender a una decena de invitados a cuerpo de rey. De hecho, varias testas coronadas desfilaron por su cubierta. El rey Juan Carlos, muy amigo suyo, incluido. Según la prensa de la época, Marta Gayá, la amiga del emérito, también navegó en el velero del argentino. La campana de la embarcación, procedente de una vieja ermita, da fe de aquella estrecha relación entre el magnate sudamericano y el rey. Está dedicada por el monarca y en ella se lee: "Deseando tengas siempre viento largo, mar calmo y estrella clara, Juan Carlos".
La dedicatoria no trajo buena suerte. En 1988, Perdomo tuvo que vender su Jessica a Alan Bond, el rey australiano de la cerveza, por una cantidad cercana a los 1.000 millones de pesetas (seis millones de euros) . Un año después el australiano se vio envuelto en un escándalo financiero que le costó cuatro años de cárcel y el embargo de la nave. Jaime Botín, hermano del entonces presidente del Santander Emilio Botín, lo adquirió y nombró Adix, un guiño a su segunda mujer, Adela.
En 2009, el banquero, un gran amante de la Filosofía, ordenó una profunda remodelación del yate en Reino Unido. Ahora, el Adix acoge una gran biblioteca que ocupa dos cubiertas con cabida para 20.000 volúmenes. Botín la decoró con grandes obras de arte, incluida Cabeza de mujer joven de Picasso. El 31 de julio de 2015, los servicios de Aduanas franceses intervinieron el lienzo picassiano a bordo del velero cuando se encontraba amarrado en Córcega. En 2017, la pintura fue reimportada a España para ser conservada a buen recaudo el Museo Nacional de Arte Reina Sofía, en Madrid. Por su parte, Jaime Botín se llevó entonces su nave al Caribe.
En 2011, el bróker Camper & Nicholsons tasó el Adix en más de 30 millones de euros. El barco vale más que el Picasso de la discordia.
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