Bajaba del coche con una cara de miedo que no le habíamos visto nunca, pero es cierto que la voz de Jorge Javier Vázquez, amigo del alma, servía para calmarle los nervios. La audiencia lo notaba en una Mila Ximénez -así fue su fiesta de despedida- que, desde el primer momento, ha quedado más que claro que va a dar mucho espectáculo en la casa de ‘GH VIP 7’.
Con mucha ironía hablaba del sacrificio que va a hacer durante los tres meses que espera estar dentro -eso significará que, al menos, llega a la final- y no tendrá sexo con ninguno de sus compañeros. Una promesa a la que consiguió que se sumara quien parecía que sería su enemigo por haberla llamado «vieja» en público, pero con quien se mostró cómplice anoche: El Cejas.
Entraros juntos. Bueno, casi. Jorge Javier ponía ante el primer aprieto a Mila. La puerta, le explicaba, se habái roto y no podía abrirse, tenían que entrar los dos, El Cejas y ella, por la gatera. El mallorquín no tenía problemas en hacerlo, pero la colaboradora de ‘Sálvame’ sacó todo su repertorio de gritos e improperios y se negó.
Se neó tanto, que no lo hizo. Tras repetir que ya sabía ella que no tenía que haber ido, poner como excusa que se le iba a mover el balón gástrico -se lo ha colocado para entrar al programa con la intención de perder hasta 15 kilos. y sus problemas de espalda y amenazar con abandonar el ‘reality’, finalmente le permitían entrar por la puerta, no sin antes soplar tres veces flojito.
Ximénez, a la que vimos en el primero de esos brotes más que habituales para los espectadores de ‘Sálvame’, puso ante los ojos de todos su carta de presentación. Ojalá llegue muy lejos por el bien de todos los seguidores del formato, porque es de las que da vídeos. Y de los buenos.
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