Begoña Gómez, de rojo y negro, reaparece en la investidura de Pedro Sánchez

Si Pablo Iglesias ha roto a llorar cuando la presidenta del Congreso ha anunciado que Pedró Sánchez es el nuevo presidente del Gobierno, Begoña Gómez ha reaccionado de otra manera: levantándose del asiento, abrazándose a su suegro, Pedro Sánchez Fernández, y luego estallando en un aplauso largo y sonoro. Vestida con pantalón negro y blusa en rojo, color que también han elegido hoy muchas compañeras socialistas de su esposo, Gómez ha sonreído con la cabeza muy alta durante el rato que las cámaras la han captado celebrando la victoria de su marido.

En la línea que sigue el matrimonio en los últimos tiempos, Gómez se ha mantenido en un plano muy discreto en las últimas semanas. Ni siquiera acudió ayer a la Pascua Militar, como sí hizo cuando su marido era presidente en funciones, y hoy ha pasado bastante desapercibida. Hasta que su marido ha sido nombrado presidente y entonces se ha levantado para mostrarle su apoyo. También la madre de Sánchez, Magdalena Sánchez-Castejón, exhibió su alegría con el logro de su hijo de una forma igual de entusiasta a la que empleó para celebrar el discurso que el sábado dio Adriana Lastra en el hemiciclo.

Las palmas de la esposa del presidente y directora del Africa Center contrastaban con las de Susana Díaz, líder de los socialistas andaluces, que también estaba en la tribuna de invitados, pero celebrando con menos convencimiento del que ha puesto Gómez. En esta ocasión, sin embargo, la primera complicidad del ya jefe de gobierno, no ha ido dirigida a su pareja como sí ocurrió en la investidura de 2019, pues el afortunado ha sido su vicepresidente, Iglesias, con quien Sánchez ha intercambiado una mirada cómplice y aplausos mutuos.

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