Sonsoles Ónega, mediadora en la guerra entre Alba Carrillo y Miguel Frigenti

Vienen tiempos convulsos para ‘Ya es mediodía’. Si en ‘Sálvame’ hemos visto cómo la participación de Mila Ximénez ha servido para estrechar lazos entre los colaboradores, que le han prestado ayuda (a excepción de las críticas constructivas de Belén Esteban), en este otro espacio, el paso de Alba Carrillo por el ‘reality’ puede hacerles mella…

Hay que recordar que Alba aprovechó su estancia en Guadalix de la Sierra para arremeter contra alguien que se sienta a su lado en la mesa del espacio de Telecinco: Miguel Frigenti. Y que este no desaprovechó la oportunidad de mandarle algún tuit para contrarrestar el ataque. Una bola que se ha ido haciendo más grande y en medio de la que, ahora, parece verse Sonsoles Ónega.

A la presentadora le ha tocado el papel de mediadora en una guerra que no tiene visos de tener solución. «Este concurso, y esto me produce tristeza, os ha enfrentado a ti y a Alba más que nunca, hasta el punto de que este plató se tambalea. Se han enfrentado y Alba dice que no vuelve si está Frigenti en el plató. Aquí hay una directora… no digo más…», decía hace unos días con tono muy serio.

Con Alba ausente, era Miguel quien respondía: «Lo que se ha hecho con Alba Carrillo se hace en todas las ediciones de ‘GH VIP’, Alba no es un caso excepcional. Tengo la conciencia muy tranquila, solo he comentado un concurso. La única que ha hablado de mi vida es Alba dentro de la casa».

Y añadía: «Si tengo que coincidir con Alba, coincidiré porque es mi compañera, pero una persona que me ha llamado lo que me ha llamado, que se ha metido con mi familia, que ha jugado con mi trabajo, y que la que me ha metido en su concurso es ella, yo no quiero tener nada que ver con esa persona».

A pesar de los intentos de Ónega de hacerle entrar en razón, Frigenti no daba su brazo a torcer en el tema del perdón. «Ella qué sabe las circunstancias personales en las que yo me encuentro… Si no estás recuperada, te quedas en tu casa. Estoy de Alba Carrillo y su madre hasta la coronilla. Es una mala compañera y una sinvergüenza«, manifestaba con rotundidad.

Sin embargo, la última palabra era para Sonsoles: «Estoy absolutamente convencida de que te relajarás y de que habrá posibilidades de hablarlo. Por mi parte, intentaré una reconciliación, porque no me gusta este ambiente entre colaboradores, que os habéis llevado bien toda la vida».

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