Cómo la boda del príncipe Carlos y Lady Di impulsó la carrera de Mecano

La mañana del miércoles 29 de julio de 1981, un evento magnetizaba las miradas de los espectadores de medio mundo. En Londres, en la Catedral de San Pablo, el heredero de la corona británica, Carlos de Inglaterra, estaba a punto de contraer matrimonio con Diana Spencer, una veinteañera de aspecto bisoño que llegó al templo anglicano en una carroza de cristal, ataviada con un vestido de David y Elizabeth Emanuel con mangas voluminosas, una cola más de ocho metros y un velo tan desmesurado que más que bajarse del coche real parecía que brotaba de él.

Carlos y Diana pusieron fin a un noviazgo de ensueño que había derretido los corazones de medio mundo, un medio mundo que aquella mañana contenía el aliento frente a la pantalla esperando ansiosamente cualquier pequeño detalle del evento. La audiencia se estimó en 750 millones de personas. Es imposible calcular cuántos millones lo siguieron en España –los audímetros todavía tardarían cuatro años en llegar a los hogares patrios– pero dada la expectación del evento y el despliegue preparado por RTVE, –y que no había ningún otro canal en el que refugiarse a esas horas– debemos suponer que muchos.

Mientras tanto, en Benidorm, a 1.441,90 kilómetros de la capital londinense, otros jóvenes también se preparaban para vivir uno de los días más emocionantes de su vida; no eran una pareja, eran un trío –años después Diana confesaría que su matrimonio también lo había sido– y no iban a desposarse con un heredero al trono, pero de alguna manera, también estaban a punto de dar un paso que les llevaría a portar una corona, la de reyes del pop español y también llevaban mangas voluminosas, tules y más maquillaje que toda la corte real.Ana Torroja y los hermanos Cano, Nacho y José María,iban a aparecer por primera vez en la televisión como Mecano, aunque no era la primera vez que visitaban un plató.

Los más memoriosos probablemente les recordarían por su actuación en Gente Joven, el Operación Triunfo de los setenta. El 1 de julio de 1979 Marisa Abad, la sempiterna voz de la Lotería de Navidad, había presentado en sociedad a José María Cano, “que viene acompañado a la guitarra por su hermano Ignacio Cano y para ayudarle en las dobles voces cuenta con la presencia de Ana Torroja”. Interpretaron Al alba de Aute y Qué haces tú en el mundo, una composición original de José María, terminaron séptimos y se dieron cuenta de que tenían que reinventarse. Dos años después ya no eran un cantautor y sus acompañantes, eran Mecano y los roles habían cambiado, quién cantaba ya no era José sino Ana. Lo que parecía no haber cambiado era la suerte: a pesar de que habían conseguido lanzar un single los medios no les hacían demasiado caso, hasta que un grupo canceló a última hora su actuación en un programa de Televisión Española y ellos estuvieron en el momento y el lugar adecuados.

Crónica 3, presentado por Jesús Hermida, una especie de Telediario sui generis que duraba 75 minutos y lo mismo emitía noticias que actuaciones o entrevistas, iba a ser el espacio en el que se emitirían las primeras imágenes del enlace real, millones de espectadores encendieron sus televisores para ver a los novios y entre aquellas se colaron otras, las del trío madrileño interpretando Hoy no me puedo levantar en una sala de fiestas de Benidorm.

Jesús Hermida lo recordaba en 1991 como algo emocionante. José María, que nunca se sintió cómodo con la estética elegida por la discográfica, habla de aquel momento con resignación: “Íbamos como con sesenta pañuelos y necesitábamos dos metros cuadrados para darnos la vuelta, nos habíamos puesto todo lo que había en casa”. Y así era: años después le confesaría la madre de los Cano a José Luis Abellán que algún día había llegado a su casa y se había preguntado dónde estaban las blusas que se había comprado en París.

No es el único vínculo del trío con la aristocracia. En 1983 todos los medios se hicieron eco de unas declaraciones del por entonces príncipe Felipe a Pilar Urbano en ABC. El heredero, que ese día cumplía quince años, concedió una entrevista que hoy resultaría impensable por su ausencia de filtro. El actual rey de España contó lo bien que le salía la tortilla de patata, lo ardua que le resultaba la física y la tristeza que sintió por el fallecimiento de su perro Pinkie. Durante aquel alarde de sinceridad y transparencia, también hubo espacio para la cultura. Como a media España le había gustado ET y como su madre disfrutaba la música clásica, pero también la moderna, prefería a Pink Floyd que los Rolling Stones a los que llamó “carrozas”. ¿Y de música española? Pues Mecano, por supuesto, aunque sólo tenía un disco.

Hubo quién se escandalizó, como ahora hay quien se escandaliza por los gustos cinematográficos de la princesa Leonor o la música que escucha Victoria Federica, ¿los Rolling carrozas? Habrase visto. El Felipe criticando a sus Satánicas Majestades, ¿Cómo pueden no gustarle los Rolling Stones? ¿A qué clase de ser humano no le gusta refocilarse en los acordes de Satisfaction? Pues a un adolescente que en aquel momento de su vida estaba más cerca de la "Coca-Cola y algo de comer" que de sentir simpatía por el diablo.

El gusto de Felipe por Mecano, era compartido por sus hermanas Elena y Cristina, asiduas a sus conciertos. Se las vio en Las Ventas en Madrid y la Monumental de Barcelona. Y también en París, en la sala Zenith, con sus primos, Nicolás y Pablo, los hijos de Constantino y Ana María de Grecia.

A pesar de que aquello servía como munición para los que les acusaban de pijos y blanditos, para ellos resultaba un halago. Como la propia Ana Torroja le contó a Javier Adrados en Mecano. El grupo español más importante de la historia:"Seas o no seas monárquica, que el príncipe quiera saludarte era un honor. Me acuerdo también de que en un concierto que dimos en Barcelona quedamos con la infanta Cristina y después nos tomamos algo en su casa… ¡Era emocionante! Como anécdota curiosa, recuerdo (¡pobre de mí!) que un día llamé a La Zarzuela y dije que quería hablar con Cristina, y claro, me dijeron: ‘¿Con quién? Será doña Cristina’".

El 29 de septiembre de 1992, Ana, Nacho y José María se bajaban por última vez de un escenario juntos. El de la plaza de toros de Valladolid, iba a ser, aunque todavía no lo sabían, el último concierto de Mecano. Apenas un par de meses después el primer ministro británico John Major, anunciaba la separación "amistosa" de Carlos y Lady Di. Aquellos sueños que empezaron el mismo día terminaron también a la vez.

Eva Güimil ha escrito ‘En tu fiesta me colé. Una historia de Mecano’ con la colaboración de Javier Adrados y las ilustraciones de María Díaz Perera. Ya a la venta

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