15 vestidos de verano que ya están rebajados

Desde que dejó de ser necesario esperar al 1 de julio para encontrar las mejores prendas rebajadas, merece la pena estar atentas a los primeros descuentos que ofrecen las marcas. Si bien las grandes cadenas aún no han estrenado la temporada de descuentos, los portales de firmas de lujo como Mytheresa, Matches Fashion, Net-a-porter o Farfetch ya tienen una buena selección de prendas de marcas de autor y grandes diseñadores a precios más bajos.

El truco de las mejores cazadoras de gangas para estar al día de cuándo y cómo empiezan las rebajas pasa por darse de alta en las newsletter de estas webs. En Harper’s Bazaar hacemos el trabajo sucio por ti y seleccionamos los mejores vestidos que ya pueden comprarse ahorrando un 30, 40 o incluso un 50%. En un momento en el que la ola de calor sacude nuestros país y quedan escasos días para que el verano dé comienzo de forma oficial merece la pena invertir en vestidos frescos, cómodos y todoterreno que nos puedan servir casi para cualquier ocasión: desde ir al trabajo hasta salir a cenar o asistir a un evento.

Recopilamos a continuación nuestros mejores hallazgos para todos los gustos. Desde aquellas que prefieren los vestidos de patrón amplio que no marcan nada y juegan con los volúmenes hasta las que son fanáticas de los slip dresses ajustados y de tirante spaghetti. Sin olvidar, claro, opciones playeras, formales (ahí está el clásico camisero) o festivas. ¿El denominador común? Todos están rebajados y durarán muchos veranos en el armario, por lo que la inversión está justificada.

Por su color y su corte, este vestido de Poupette St Barth tiene la capacidad de adaptarse a casi cualquier ocasión, según los complementos que elijas. Antes costaba 330 euros.

Un vestido camisero es un fondo de armario imprescindible. Este, amarillo limón, favorece especialmente cuando la piel ya está un poco dorada por el sol. Es de Lee Mathews y antes costaba 500 euros.

Las fanáticas de los estampados encuentran en la marca Agua by Agua Bendita un mundo de infinitas posibilidades. Nos quedamos con este diseño cuyo precio original era de 366 euros.

Un clásico incombustible del verano, las rayas marineras, protagonizan este vestido amplio y cómodo de Polo Ralph Lauren. Costaba 200 euros.

Los volúmenes de Cecilie Bahnsen son reconocibles y muy especiales. ¿Lo mejor? Este vestido puede servir tanto para el día a día como para ir a una boda. Su precio original era de 750 euros.

No necesitas más que un estampado tan especial como este, de Faithfull the brand, para tener un lookazo. Su precio antes de rebajas era de 220 euros.

La firma neoyorquina Sea es conocida por sus prendas creadas a partir de retales de colchas antiguas. Este minivestido es una de las apuestas veraniegas más apetecibles de su colección. Su precio era de 365 euros.

Este es el típico vestido que te salvará un día cualquiera de verano. Es de la firma REMAIN Birger Christensen y su precio antes de las rebajas era de 190 euros.

Christopher John Rogers, uno de los diseñadores del momento, firma esta camisa convertida en vestido. El color promete ser muy favorecedor. Antes del periodo de rebajas costaba 1175 euros.

Victoria Beckham está detrás de este vestido perfecto para una invitada. El detalle de aberturas en los hombros y la espalda lo hacem muy especial. Costaba 990 euros.

Este vestido de Rejina Pyo es la viva imagen de un diseño veraniego ‘sin esfuerzo’. Llévalo con sandalias planas o tacón. Su precio original rozaba los 600 euros.

Volantes, plisados y un escote muy especial. Este vestido de Self-Portrait lo tiene todo para acaparar todas las miradas sin resultar excesivo y manteniendo la delicadeza. Antes costaba 450 euros.

Un clásico-comodín: el vestido negro de tirante spaghetti. Nos quedamos con esta versión larga como alternativa al LBD. Su precio original era de 650 euros.

Colorido, alegre y muy veraniego. Este diseño de Marni tiene todas las papeletas para dar mucho juego los próximos meses. Su precio era de 1.304 euros.

Diseño tipo túnica de Twinset. Perfecto para pasar un día en la playa o sortear el calor en la ciudad. Costaba 746 euros.

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