De qué hablar en la primera cita para superar los nervios

El concepto «silencio incómodo» lo hemos inventado nosotros. Y no alude tanto a la incomodidad de no saber qué decir, sino la inquietud de preguntarnos qué estará pensando la otra persona. Nos referimos en una cita –en una primera cita más bien–, porque la verdad es que seguro que te da exactamente igual qué estará pensado el vecino que te encuentras en el ascensor. Además, seguro que él mismo terminará sacando el tema del tiempo (porque hace mucho calor o mucho frío, claro), así que con dejarse llevar es suficiente.

En una cita la cosa cambia. Conocer a una persona o traspasar la línea para quedar a solas con alguien, a veces bloquea. Y da exactamente igual que seas espontánea, creativa o superextrovertida, porque habrá un momento en el que tu cerebro inundado de dopamina colapse y no sabrás qué decir cuando os quedéis mirándoos a los ojos después de haber cerrado un tema. Y a tu cita le pasará lo mismo. Aunque, pensándolo bien, en el fondo da un poco igual, ¿no? Si es una primera cita, quizás esa sea la excusa para el momento «primer beso». Una encuesta realizada por la aplicación de citas Happn revela que el 91% de sus usuarios prefieren besarse en la primera cita, así que puedes hacerte eco de la estadística y dar el paso. Pero sí, te comprendemos, el silencio cuando te quedas en blanco, en cualquier número de cita, en ocasiones es raro porque no todos los momentos incitan a beso. Por eso, y para combatir ese sistema impuesto que nos hemos inventado, hemos seleccionado varios temas random de los que hablar cuando no sepáis qué tema sacar en una cita.

Los xennials

Si considerábamos que las generaciones ya estaban clasificadas de manera irreversible: Generación X, Generación Y o millennials y Generación Z, nos equivocábamos. Un estudio que ha salido a la luz recientemente propone la denominación «xennials» a todos aquellos nacidos entre 1977 y 1983. Es un acrónimo de Generación X y millennials y conforman una generación bisagra por haber sido los últimos en crecer sin nada de tecnología. Tuvieron una infancia análoga (sin Tamagotchi, ni Game Boy y mucho menos Internet) y ahora son adultos que trabajan y conviven con los avances tecnológicos recordando esa infancia offline.

Adiós silencio incómodo en esa cita, acabas de abrir la puerta a la conversación sobre series de la infancia, la Nintendo 64 y tu primer Nokia 3310.

La retrocausalidad

Es una nueva teoría cuántica que propone que el futuro puede influir en el pasado. AJÁ, es inverosímil: ¿cómo algo que sucederá en un tiempo futuro, es decir, que no ha ocurrido todavía, tiene efecto en el presente? Se trata de una idea que tiene pocos seguidores, al menos de momento, pero es objeto de estudio por varias comunidades de científicos. La causalidad (sin el prefijo retro delante) supone que algo pasa y que tiene un efecto. Puedes inventarte una historia sobre vuestra cita y vuestros yoes futuros, que os están viendo en ese momento desde una máquina del tiempo. Pero no te vengas muy arriba, no vayas a asustar a tu cita.

Netflix

Seas o no seas usuaria de la plataforma, siempre es un recurso fácil a la hora de sacar tema de conversación. El binge watching, que es un término anglosajón que significa ver una serie entera del tirón, es el mejor análisis de evolución de la sociedad que podemos hacer. O sea, ¿cómo es posible que a partir de ahora no se conciba el hecho de esperar toda una semana para ver el siguiente capítulo de Los Serrano? Abrumador.

«Qué apostamos»

Sí, es aquel programa de los 90 presentado por Ramón García y Ana Obregón. Por favor, analicemos el contenido. En las dos horas que duraba, iban personas de todas las edades, de cualquier rincón de España, a hacer pruebas inimaginables, como tocar el violín con la oreja o recitar infinitos decimales del número pi. Al final del programa una voz decía quién tenía que meterse en una ducha y todo el país deseaba siempre que fuera Ana Obregón. La canción de intro era lo mejor del panorama musical español de los 90 y hoy ya no hay nada que nos recuerde lo maravilloso que era reunirse con toda la familia en el salón a ver a Ramón García presentar algo que no sean las uvas. ¿Sabes hacer algo que nadie más sepa hacer? Pregúntale eso mismo a tu cita.

Fobias

¿Tienes alguna? Seguro que has oído hablar de algunas que son raras. Con la percha «hay gente para todo» puedes introducir la Hexakosioihexekontahexafobia. Lo más su pronunciación, ¿eh? Es el miedo irracional al número 666. Sí, hay gente que la sufre.

Los filtros de Snapchat

La red social que en 2016 experimentó el mayor crecimiento y que consiguió en tan solo un año los mismos usuarios que Twitter consiguió en cuatro, hoy está de capa caída. Desde el lanzamiento de Stories por parte de Instagram, la red social amarilla pasó a un segundo plano. Pero ojo, sigue siendo la líder en cuanto a la creatividad y tecnología que aplican en sus filtros. Lanzan nuevos a diario, lo más para amenizar cualquier viaje en transporte público o el silencio en una cita. Probad los filtros con distorsión de voz juntos. Too much.

Mamihlapinatapai

Si ya habéis hablado de todo lo anterior y vuestros nervios os llevan a miraros rodeados de un nuevo silencio, estáis viviendo un mamihlapinatapai, un término listado en el Libro Guinness de los Récords por ser una de las palabras más difíciles de traducir. Se refiere a «una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambas desean pero que ninguna se anima a iniciar». Venga, pasad a la acción y cubrid el silencio como corresponde.

Y tú, ¿tienes algún recurso fácil para empezar un nuevo tema de conversación si te quedas en blanco en una cita?




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