Aceites faciales: qué son un cuáles son sus beneficios

A medida que conocemos las funciones y los beneficios de los diferentes productos de cuidado facial, se van incorporando nuevos paso al cuidado facial. Lo que comenzó siendo simplemente la aplicación de una hidratante -y un contorno de ojos, idealmente-, ahora es una rutina completa de cuidado completo. A los dos productos esenciales se ha añadido, como mínimo, el sérum y el aceite facial, incluso generando dudas sobre cómo se aplica cada uno de ellos.

El suero es de sobra conocido, pues debido a su demanda, muchas marcas han apostado por su formulación en los últimos años. Como resumen rápido diremos que es un producto con una concentración de activos mucho más alta que una hidratante (aquí te mostramos cómo aplicarlo correctamente).

Hecho este apunte, quizás la referencia que sea menos conocida es el aceite facial. Y es que, tú, lectora de piel mixta o grasa, igual estás ahora mismo frunciendo el ceño porque eso de aplicarte un producto oleoso en tu rostro no te encaja. Precisamente ese es uno de los mitos que derrumbaremos más adelante, pero empecemos por el principio.

La primera pregunta que se nos viene a la cabeza cuando nos planteamos la idea de añadir un producto nuevo a la rutina de cuidado facial es: ¿merece la pena ese tiempo extra que vamos a añadir? Todo depende de tus prioridades, tus objetivos y el tiempo que tengas para dedicar al skincare. Pero antes de decidir es fundamental conocer cuál es su función y qué aporta nuevo.

El objetivo del aceite facial es retener el agua ya existente en nuestra piel, evitando su evaporación y la consiguiente sequedad y tirantez en el rostro. Dada su función es ideal aplicarlos sobre la piel húmeda, aunque si tu tiempo para dedicar a este cuidado es limitado también puedes mezclar unas gotitas con tu crema hidratatante para beneficiarte de sus propiedades. Además de esta función principal, el aceite facial también se puede aplicar -en muy poca cantidad- antes de poner del fondo de maquillaje, a modo de prebase. Esto último sobre todo si se busca un acabado jugoso o que la base no se cuartee.

¿Cuál es la diferencia entre suero y aceite?

Lo cierto es que aunque puedan sonar parecidos, son muchas las diferencias. La formulación de los sueros suele ser a base de agua, mientras que la los aceites, evidentemente, tienen una base oleosa. Por otro lado, la molécula del sérum es pequeña, una característica que le permite penetrar profundamente en las capas de la piel, de ahí su afamada efectividad.

¿Deben las pieles grasas usar aceite facial?

El aceite facial no es un producto exclusivo para pieles secas. Las pieles mixtas y grasas se han beneficiado del avance de las formulaciones de este producto. Actualmente existen aceites especialmente pensados para estos tipos de pieles, los denominados aceites secos. Estos son de rápida absorción y a penas dejan residuo en la piel.

Igual que se ha creado este tipo de aceite, las formulaciones se han diversificado y actualmente existe un elixir de este tipo específico para cada piel o para cada momento. Las fórmulas de estos productos, suelen mezclar diferentes aceites, cuyas propiedades se complementan. También se han lanzado al mercado aceites faciales específicos para la noche, cuya fórmula suele estimular la regeneración celular que se produce durante el sueño.






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