En Netflix siempre hay espacio para el cine de terror. Es uno de los géneros que más ha evolucionado en los últimos años. La vida real ya es demasiado horripilante como para que una niña poseída nos quite el sueño. Por eso los directores y guionistas de este tipo de películas y series han hecho esfuerzos ímprobos por sorprender a sus espectadores.
Los estilos que se manejan son de lo más variados, desde los homenajes a los códigos más clásicos del género, con fantasmas, monstruos y otras criaturas inquietantes hasta los tormentos psicológicos más realistas. Otras plataformas como Amazon Prime Video tampoco ignoran que el género de terror vive una auténtica época de oro pero Netflix quizá lleva la delantera con un amplio catálogo de series de lo más inquietantes, para quien prefiere recrearse en las historias. También, ha ido sumando unas cuantas películas de miedo a las que ahora añade un nuevo título.
Se trata de Donde la verdad se esconde, una película que nos mantendrá en tensión desde el jueves 2 de diciembre, esta vez revisando que no tengamos ninguna grieta en las paredes de casa. La cinta tailandesa dirigida por Wisit Sasanatieng y escrita por Abishek J. Bajaj se basa en la existencia de dos hermanos, que tras el accidente de su madre, se tienen que trasladar a casa de sus abuelos. En una estancia de la vivienda tropiezan con un extraño agujero en la pared. No llegan a imaginar la serie de horribles incidentes que se van a suceder desde ese momento. Lo peor de todo es que, a raíz de ese hallazgo se desvelan siniestros secretos, misterios, verdades y fantasmas relacionados con su familia.
La película está protagonizada por Sompob Benjathikul y Sadanont Durongkaweroj y completan el reparto Steven Isarapong, Thasorn Klinnium, Mac Nattapat Nimjirawat y Sutatta Udomsilp.
Donde la verdad se esconde: crítica
Esta película es un ejemplo de un seguimiento de manual de los códigos del género de terror. Donde la verdad se esconde se desarrolla en torno a un misterio por resolver y, en el proceso de destaparlo, ocurren una serie de situaciones tensas y sustos que sobresaltan al espectador en mayor o menor medida pero quizá no sorprenden en exceso.
Una película de fantasmas tiene el planteamiento muy trillado, desde los filmes de miedo hasta la comedia, pasando incluso por las parodias. Esto es precisamente lo que hace más difícil innovar en este aspecto. Quizá el digital ha sido una ventaja para hacer más terrorífico el concepto del espíritu que hace aparición, pues con los medios tecnológicos actuales hay muchas maniobras aparentemente fantasmagóricas que quedan mucho más disimuladas en el presente que en el cine de hace unos años. Pese a eso, Donde la verdad se esconde no aporta nada nuevo.
Te pasas las dos horas de metraje sufriendo con los protagonistas en su propia casa, como ya hizo en Intrusión Freida Pinto en otro estreno reciente de Netflix. Mientras esperas el gran susto final, lo que ocurre por el camino es un conjunto de lugares comunes del género de terror. Sin embargo, a los fanes del género a veces les gusta simplemente tener su dosis de miedo sin demasiados fuegos artificiales, solo por recrearse en el estilo de este tipo de largometrajes de modo que, al menos, proporciona un rato de entretenimiento y desconexión.
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