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La muerte de doña Ana propició que Kiko Rivera acercara posturas con su madre, Isabel Pantoja, tras más de un año distanciados. En su visita a Cantora para velar a su abuela, protagonizó un emotivo reencuentro con la cantante, estando largo tiempo abrazados. A partir de ahí retomaron el contacto, comprometiéndose a sentarse a hablar tranquilamente de todo lo sucedido y aclarar las cosas. Sin embargo, pese a que en los primeros días tras el deceso de la nonagenaria se comunicaban a diario, la buena relación se torció cuando el DJ se dispuso a hablar sobre el fondo del asunto.
“Tras el encuentro, hice una videollamada con mis hijas y se volvió loca, y las niñas también. A los días le llamé y le dije que me quería sentar con ella y que explicara cosas, pero no en Cantora ni en mi casa, en otro sitio. Se puso a la defensiva y a partir de ahí dejó de ser mi madre y salió de nuevo Isabel Pantoja. Me dijo: ‘¿Preguntarme tú? La que tiene que preguntarte soy yo’. Le dije todo lo que pensaba y que ya no la iba a llamar más», explicó en ‘Sábado Deluxe’.
Sobre las explicaciones que le pidió a su progenitora, el intérprete de ‘Quítate el top’ quiso dejar claro que no tenían nada que ver con el tema económico, algo que ha decidido perdonar a su madre para poder pasar página. “Tendría muchas cosas que decirte y dejaré a un lado lo de la herencia de mi padre. Le pregunté, entre otras cosas, que por qué quitó mi nombre de las flores en el aniversario de mi padre o lo del coche que me quitó, le dije que si me lo podía explicar, que se sentara a mi lado y me lo explicara. Ella no me volvió a contestar y yo tampoco la he vuelto a llamar”, señaló.
Por este motivo, viendo que la tonadillera no está dispuesta a pedir perdón y afrontar sus errores, Kiko Rivera ha decidido esperar a que ella quiera dar el paso: «Creo que tengo que acostumbrarme a su prepotencia y acostumbrarme a cómo es. Mi madre no me ha pedido perdón… Yo me he sentido mejor pidiendo perdón a mi madre, si ella no me quiere pedir perdón es su problema […] Solo espero que ella un día me llame y me diga voy a explicarte la cosas. Yo no la voy a llamar más, ya he vuelto a dar mi brazo a torcer. Yo ya sé la verdad, quiero saber el porqué».
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