Hoy al fin, después de tener que haber sido postergada por la pandemia, se ha celebrado la boda entre el Gran Duque George Mikhailovich, heredero de los Romanov, y la italiana Rebecca Bettarini. El enlace se ha celebrado en la Catedral de San Isaac, en San Petersburgo, y ha sido la primera boda de un miembro de la familia Romanov celebrada en suelo ruso desde hace más de un siglo. Un acontecimiento histórico que ha reunido a más de 1.500 invitados y que los novios querían que fuera “un puente entre Rusia y Europa”, tal y como ellos mismos contaban en una entrevista a la Agencia EFE. Y así, como un puente entre Rusia y Europa es como puede definirse el look de novia elegido por Rebecca Bettarini con un diseño italiano con guiños a Rusia, pero sobre todo, gracias a la espectacular tiara que ha lucido.
Se trata de la tiara Lacis, creada recientemente por Chaumet. Una creación de Alta Joyería inspirada en la forma del tradicional tocado kokoshnik ruso. También, por su forma elevada que recuerda a una velga desplegada por el viento, es un homenaje a la base naval de San Petersburgo, donde sirve el Gran Duque heredero de los Romanov.
La espectacular joya es una auténtica virguería de la artesanía, engastada con dos diamantes de gran claridad, uno ovalado de 5,02 kilates y otro en forma de pera de 2,21 que junto a los 438 diamantes en pavé que componen el conjunto de la tiara, suman más de 27 kilates. La montura de esta tiara es lo realmente interesante, confeccionada con la icónica técnica de Chaumet, la del fil couteau, que consiste en ir engarzando los diamantes con un hilo de oro amarillo y otro de oro blanco para crear un efecto de malla, en donde el soporte prácticamente desaparece y la piedra se realza. La ligereza de esta pieza es su principal característica.
Chaumet ha sido la joyería de cabecera de reyes y emperatrices, fue el joyero oficial de Napoleón y la emperatriz Josefina y la tiara es una de sus especialidades. No faltaron por supuesto entre su clientela los Romanov. La tatarabuela del Gran Duque Jorge de Rusia, la Gran Duquesa Vladimir, fue una asidua clienta de Chaumet quien cuenta con dos de las tiaras más especiales: la de forma de cascada creada en 1911 y la que la firma francesa creó con forma de sol en 1914, con motivo de la boda de la sobrina del zar Nicolás II, la princesa Irina Yusupova. Hoy la historia de los Romanov y sus espectaculares joyas sigue escribiéndose.
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