|AVISO SPOILERS| En el capítulo final de la tercera temporada de The Crown, “Grito desesperado”, la princesa Margarita (Helena Bonham Carter) encuentra inesperadamente el amor con Roddy Llewellyn, un jardinero paisajista 17 años menor que ella. El romance arranca a la princesa de la agonía de una oscura depresión causada por los constantes flirteos de su marido Lord Snowdon (Ben Daniels) y que, eventualmente causaron revuelo sensacionalista. Tal y como Christopher Warwick, el biógrafo oficial de Margarita, cuenta a Vanity Fair, muchos de los detalles del episodio de The Crown están anclados a la verdad. A continuación, una profunda mirada a la relación de Margarita y Roddy, los supuestos amoríos que le precedieron, y el sorprendente posicionamiento de la reina Isabel II con respecto a la relación extramatrimonial de su hermana.
Margarita camina sobre las aguas del adulterio
A pesar de que The Crown sugiere que Llewellyn fue la primera aventura amorosa de la princesa, Margarita ya había, supuestamente, entretenido a algunos hombres más antes del de 25 años. “De vuelta a los años 60, cuando Snowdon se encontraba fuera por un encargo fotográfico, le preguntó a Anthony Barton, un amigo de ambos, si podía ir y hacer compañía a la princesa,” señala Warwick sobre el romance relatado de Margarita con Barton -un productor de vino Burdeos y, a su vez, el padrino de Sarah, la hija de Margarita y Snowdon- en 1966. Para Theo Bronson, el biógrafo de Margarita, el “efímero y altamente cargado amorío…habría permanecido en secreto si la princesa, tal y como se afirma, no hubiera telefoneado a Eva, la esposa de Barton, para confesarlo todo y revelar cuánto lo lamentaba…" Un amigo de la familia de Barton es aludido al decir que la princesa Margarita “disfrutó indiscutiblemente su rol de femme fatale.”
Margarita también tuvo, supuestamente, una relación extramatrimonial con el aristócrata y pianista escocés Robin Douglas-Home, sobrino de Alec Douglas-Home, ex primer ministro inglés. Según Warwick, una vez la prensa se hizo eco de los rumores en torno a la pareja, Snowdon y Margarita hicieron otro intento para recomponer su matrimonio. Warwick cuestionó si las relaciones de Margarita previas a Llewelyn -las cuales fueron breves- podrían “llamarse realmente romances…porque creemos que una aventura tiene una cierta duración. Tal y como sucedió en el caso de Margarita, fueron…estos pequeños flirteos que duran muy poco tiempo.”
Warwick también insistió en que -a pesar de sus actos- la princesa nunca quiso un divorcio. “Creo que a principios de los años 70 fue la parte más infeliz de su vida -desde alrededor del 71 o 72, hasta que se separaron. Bebía mucho…tendría su Famous Grouse (whisky) y agua…estaba muy sola. Y entonces fue el momento en que conoció a Roddy Llewellyn.”
La llegada de Roddy
“Grito desesperado” de The Crown acoge un tono dramático para enmarcar el primer encuentro entre Margarita y Llewellyn. Tal y como se muestra en la serie de Netflix, Llewellyn fue un invitado de última hora a la fiesta anual de verano de Colin y Anne Glenconner en su finca escocesa; fue recomendado a los anfitriones como un joven idóneo que se las apañaría en el círculo aristocrático. Sin embargo, la princesa y Llewellyn no se encontraron junto a la piscina, sino en el Café Royal de Edimburgo. “Él le dijo a Anne Glenconner, ‘tiene los ojos más bonitos’,” revela Warwick. “Y Anne le dijo a Roddy, ‘No me lo digas a mí. Díselo a ella…’ Ellos se marcharon, se tomaron un té y de alguna manera hicieron buenas migas”.
Theo Aronson, el biógrafo de Margarita, apunta que “él era educado, bien hablado y divertido; sobre todo era muy amable. La princesa le respondió de inmediato. Durante el almuerzo ambos conversaron cómoda y alegremente… Cuando se enteró de que él no había traído nada para ducharse (Glen tenía una piscina climatizada al aire libre) lo llevó de compras después de comer. Juntos escogieron un par de bañadores decorados con la Union Jack”.
Durante el resto del fin de semana de fiesta, según Aronson, Margarita y Llewellyn nadaron, se cogieron de la mano y cantaron canciones alrededor del piano. “Cuando la fiesta terminó,” escribe Aronson, “se sospechó de manera general que la Princesa Margarita y Roddy Llewellyn estaban enamorados.”
Un romance de ocho años
A pesar de que el capítulo “Grito desesperado” hace creer que la relación entre Margarita y Llewellyn abarcó una semana mágica, duró en realidad ocho años. La princesa se refería a Llewellyn como “mi querido ángel” y, como una adolescente enamorada, “se implicó de todo corazón en esta nueva relación,” según Aronson. “Ella adelgazó, recuperó su alegría de vivir y afrontó todos los aspectos de su vida con un nuevo entusiasmo.”
Cinco meses después de su encuentro, la princesa lo invitó a tomarse un respiro de tres semanas en la isla privada caribeña de Mustique. Puesto que no tendría que pagar mucho por estas vacaciones, Llewellyn aceptó la oferta y compartieron una estancia maravillosa -le dijo a su hermano que había sido como una “luna de miel.” Mientras estuvo allí, trabajó con el jardinero de la princesa para reformar los terrenos en la finca privada de 10 acres de Margarita “Les Jolies-Eaux.”
“Roddy era jardinero”, explica Warwick. “Y Margarita estaba también muy interesada en la jardinería, así que tenían eso en común. Les encantaba el entretenimiento. Les encantaba la música juntos. Les encantaba cantar juntos. Margarita era una buena dramática aficionada. Con los Glenconners hacían mucho de eso… En realidad, se disfrazaban con el traje completo. Hubo un momento en que la Princesa Margarita se puso una peluca rubia y se hacía pasar por Mae West. Ocurrieron todo este tipo de cosas y Roddy estaba totalmente implicado”.
El problema de salir con una princesa
Mientras la princesa Margarita estaba enamorada, Llewellyn tuvo que enfrentarse a algunos momentos difíciles asumiendo la relación Real. “Por un lado,” según Aronson, “él no estaba acostumbrado a vivir a un nivel tan elevado: la Princesa, a pesar de su cercanía y afecto (al menos en lo que a él refería), todavía vivía y se comportaba como un miembro de la Familia Real. En todos los sentidos -edad, riqueza, estatus, experiencia y sofisticación- ella era su superior.”
No mucho después, Llewellyn sufrió un pequeño colapso, le dijo a la princesa que abandonaba definitivamente y se marchó a Estambul. En el vuelo, según el libro Ma’am Darling de Craig Brown, Llewellyn le confesó a su compañero de viaje que “estaba teniendo un romance con una mujer casada, que había resultado demasiado para él, que el sexo se había convertido en un problema. La princesa Margarita, en un estado similar de desequilibrio, cogió un puñado de pastillas para dormir, no muy peligrosas, pero suficientemente potentes para obligarla a cancelar compromisos oficiales en Wolverhampton.” Un portavoz de palacio, según Brown, afirmó que la princesa estaba sufriendo “un fuerte resfriado.”
Mientras tanto, la amante de Snowdon
A lo largo de gran parte de la relación entre Margarita y Llewellyn, la princesa todavía aparentaba una presencia unida con su alejado marido -quien supuestamente mantenía una aventura con Lucy Lindsay-Hogg. Aunque Margarita estaba teniendo su propio amorío, el involucramiento de Lindsay-Hogg en el matrimonio molestó enormemente a la princesa. “Ahí estaba, en el salón de mi casa, pensando que podría tener una aventura amorosa,” le dijo la princesa a Nigel Dempster, según Brown. “Le pedí la separación pero se rio en mi cara. Solo sabía que había vuelto por la noche cuando escuchaba un golpe en el baño- a todas horas… se estaba convirtiendo en un extraño virtual que me encontraría por las escaleras y nos gruñiríamos. Pero tenía que seguir comportándome como si nada sucediera.”
La aventura de Margarita se hace pública
En 1976, el amorío de Margarita se hizo público cuando un diario publicó una foto de la princesa y Llewellyn tomada en Mustique.
“Tony, por supuesto, voló hacia la reina y le explicó lo humillado que se sentía,” dijo Warwick. “No creo que a Margarita le haga feliz que esta foto aparezca. Y no creo que a la reina le haga feliz tampoco.” Después de consultar con la reina y sus consejeros, Margarita y Snowdon decidieron separarse inmediatamente -cuya noticia fue publicada por palacio. A pesar de que Snowdon tuviera sus propios romances, su discreción le permitió comportarse como la víctima -incluso se permitió hacer una declaración pública en televisión.
“Estoy, como es natural, desesperadamente triste en todos los sentidos de que esto haya ocurrido,” dijo Snowdon. “Tan solo me gustaría decir tres cosas. Primero, rezar por la comprensión de nuestros dos hijos; segundo, desear a la Princesa Margarita toda la felicidad en su futuro; tercero, expresar con la mayor humildad todo el amor y el respeto que siempre voy a tener por su hermana, su madre y su familia entera.” Cuando Margarita vio el vídeo, supuestamente respondió: “Jamás había visto una actuación tan buena.”
Los últimos años con Roddy
Margarita continuó su relación con Llewellyn, manteniéndose leal durante algunas fases cuestionables de su joven vida. En 1978, él publicó un LP homónimo música pop que no acabó de funcionar bien. En 1979, según Aronson, fue presuntamente arrestado por conducir ebrio. la Reina Isabel se negó a invitarlo a sus residencias. (Aunque la reina y Roddy tuvieron un rápido encuentro en el Royal Lodge, según Aronson: “Vistiendo solo una camisa y unos calzoncillos, (Roddy) se marchó en busca de (un miembro del servicio) para que le cosieran un botón, y de repente se encontró (Margarita) teniendo una conversación con la reina. ‘Por favor, perdóname, Ma’am, estoy terrible,’ el joven balbuceó. ‘No te preocupes, yo tampoco luzco muy bien,’ respondió la reina antes de abandonar la sala.
Según los informes, Llewellyn dijo una vez sobre Margarita, “si nuestra relación se acabara, la vida perdería en gran medida su objetivo. Bailamos, cantamos, en general somos felices y no entiendo porqué las cosas no pueden seguir así para siempre”. Pero la actitud de Lewellyn cambió cuando se encontró frente a una mujer llamada Tatiana Soskin, mujer del productor cinematográfico Paul Soskin. Llewellyn se enamoró de Soskin y se lo comunicó a Margarita. A cambio, la princesa le dio a Llewellyn su bendición y se enfrentó públicamente con un semblante audaz.
“Estoy muy feliz por él,” dijo ella, según Aronson. “De todas maneras, no podría haberlo permitido por mucho más tiempo”. Continúa Warwick, “declaró que no le importaba [la ruptura] pero que se le daba muy bien poner rostro valiente cuando debía hacerlo. Habían estado juntos por algo así como ocho años, pero aún seguían siendo amigos. Todavía se veían. Roddy y Tatiana irían al Palacio de Kensington, cenarían y, a veces, pasarían la noche. Margarita les iría a visitar… A pesar de que la relación entre Roddy y Margarita había terminado, el afecto no y eso fue una estima que Margarita compartía con Tatiana, su esposa, también.”
Margarita se encontraba fuera del país -en una visita oficial a Canadá- cuando Llewellyn y Soskin se casaron. De lo contrario, Warwick dijo que estaba convencido de que la princesa habría asistido a la boda de su ex.
Aunque la cobertura sensacionalista del romance creó más de un quebradero de cabeza a la Reina Isabel, la monarca finalmente admitió que apreciaba a Llewellyn por introducir nuevamente el amor en la vida de su hermana menor.
En declaraciones a un documental del Canal 5, Glenconner relató: “después del funeral de la Princesa Margarita, la reina dijo ‘me gustaría decirle a Anne que hubieron momentos complicados, pero te agradezco que presentaras a Roddy a la Princesa Margarita porque el la hizo muy feliz.”
Artículo publicado originalmente en la edición estadounidense de Vanity Fair y traducido por Raquel Barahona. [Acceda al original aquí](http://www.vanityfair.com/hollywood/2019/11/princess-margaret-roddy-llewellyn-affair-true-story-the-crown).
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