Almudena Muñoz, ex campeona del Mundo en Kárate: Hay tanta presión que necesitas parar. Probablemente Simone Biles esté pasando por un momento así

Almudena Muñoz (Madrid, 1979) ha dedicado su vida al kárate. En su larga trayectoria deportiva consiguió hacerse con los títulos de campeona del mundo en 1999 y campeona del mundo universitaria en 2005, además de convertirse campeona de Europa en hasta siete ocasiones. Ahora, como jefa de prensa de la Real Federación Española de Kárate, será la primera y –de momento– única comentarista española en los Juegos Olímpicos en esta disciplina que dará comienzo el próximo jueves 5 de agosto. Hablamos con ella sobre su trayectoria deportiva, los Juegos Olímpicos y la importancia de la salud mental de los deportistas de élite, entre muchos otros asuntos.

¿Cómo estás viviendo los Juegos Olímpicos de Tokio?

Me he venido unos días a Málaga a la playa de vacaciones pero por mi familia, para que ellos disfruten. Yo sigo trabajando y está siendo un año complicado. Afortunadamente tengo mucho trabajo y se agradece porque eso significa que todo marcha bien.

¿Cómo llegó el kárate a tu vida?

Empecé con 4 o 5 años porque mis hermanos hacían kárate. En ese momento no era un deporte muy habitual, éramos 2 o 3 chicas en la clase. Mi madre intentó persuadirme para ver si hacía otro deporte como baile pero yo lo tenía bastante claro. Empecé a competir muy pronto, con 6 o 7 años.

¿Cómo se convierte en algo profesional a lo que le dedicas tanto tiempo?

Mis inicios fueron esos. Los resultados funcionaban y a un niño nada le resulta más atractivo que ganar. La competición con el tiempo era cada vez más habitual, hice mi grupo de amigos dentro del kárate y eso también te une mucho al deporte. Poco a poco fui cosechando títulos y eso me enganchó. Al final se convirtió en mi modo de vida.

Y pronto te convertiste en campeona del mundo…

Sí, en 1999. Luego fui campeona del mundo universitaria en 2005 y también fui campeona de Europa. Si soy sincera llegó un momento en que perdí la cuenta de las medallas; con el tiempo se olvidan. Me quedo más todas las experiencias que he vivido, todos los años que he dedicado a esto, la gente que he conocido…

Entraste en el Equipo Nacional de Kata en 1997, ¿qué supuso para ti?

Es un cambio importante. Para cualquier deportista es un sueño porque significa que vas a poder competir al máximo nivel con los mejores del mundo. Siendo tan joven, sentí un poco de presión pero también me hizo madurar rápido. Mis compañeras y las personas con las que competía eran mayores que yo y, por un lado me arroparon mucho pero, por otro lado, pensaba que no podía fallarles al haber confiado en mí.

¿Y como se lleva una rutina tan exigente?

Al final me habitué. Me acostumbré a compaginar los estudios con el deporte y después con el trabajo. Cuando tuve la edad de trabajar hacía las dos cosas porque desgraciadamente de esto no se vive. Ahora está un poco más profesionalizado y tenemos deportistas que pueden dedicarse exclusivamente a entrenar y que hacen de esto su trabajo, aunque de forma temporal. Antes estudiabas, entrenabas y competías, y cuando llegaba el momento y terminabas la carrera, tocaba dejarlo y ponerse a trabajar.

Estuviste en el equipo nacional hasta el año 2009, ¿por qué lo dejaste?

La modalidad que yo hago es muy exigente a nivel muscular, la juventud es importante, es un deporte de mucha potencia. Llegó un momento en que no pude sacar más horas al día.

Damián Quintero, nuestro representante en los Juegos Olímpicos junto con Sandra Sánchez, es ingeniero y él decidió cogerse una excedencia en su trabajo para dedicarse estos cuatro años a entrenar y a prepararse para los Juegos. Ahora con las becas y demás facilidades se te permite hacer esto pero antes era imposible.

¿Por qué elegiste estudiar Periodismo? ¿Pensaste en vincularlo al deporte?

Desde pequeña pensé en ser periodista. Quizás porque no hablo nada, no me gusta nada comunicarme (risas). Cuando me retiré, me dediqué primero a los Recursos Humanos porque era un área que me gustaba y previamente había estudiado psicología –hice los tres primeros años y luego me cambié de carrera a Periodismo– pero luego, las circunstancias y el tiempo, me derivaron de nuevo al deporte y al periodismo.

Volviendo a los Juegos Olímpicos, ¿qué supone que el kárate forme parte de ellos por primera vez?

Ha sido un antes y un después. Ha sido lo mejor que le ha podido pasar a un deporte como el nuestro. Desde el año 1979 que se formó la Federación Española de Kárate se ha intentado que forme parte de los Juegos Olímpicos. Nuestros deportistas tienen muchísimo más apoyo de becas, subvenciones… Es un cambio brutal para ellos pero también para el deporte porque los medios de comunicación se interesan muchísimo más por él porque saben que hay posibilidades de ganar medallas olímpicas.

¿Se ha animado más gente a practicar kárate desde que se anunció su participación en los Juegos? ¿Se ha notado mayor demanda en las escuelas deportivas?

Sin duda. Cuando hablas con los clubes te cuentan que hay gente que con más de 40 años está empezando a hacer kárate porque lo ha visto en la televisión y le interesa.

Recuerdo cuando era pequeña que no tenía referentes en el kárate ni femeninos ni masculinos. Ahora cualquier niña que haga kárate tiene a Sandra como ídolo. La semana pasada grabamos un reportaje y a unas niñas les pusieron un mensaje en un vídeo que Sandra Sánchez había grabado para ellas, animándolas a continuar, y se pusieron a llorar. No me lo podía creer. Lo había visto en otros deportes pero en el kárate me resulta algo sorprendente.

Tiene que ser una sensación agridulce porque de haber tenido esta oportunidad en su momento tú habrías sido ese referente…

Pues seguro. De hecho, yo he competido con Sandra. Nos llevamos dos años y, de hecho, yo ganaba a Sandra Sánchez, que me encanta decir eso porque es cierto pero luego lo explico: Sandra Sánchez no era la que es ahora evidentemente. Ojalá pudiera ganarla ahora pero no es así (risas). Con el tiempo ha mejorado una barbaridad y ahora es intocable pero a mí me encanta decirlo y se lo digo a ella de broma "tú cállate, si yo te ha ganado…" y se ríe.

Yo me alegro infinito por ella. Ya era hora de que nuestros deportistas pudieran vivir de esto. Muchas veces lo pienso, "ojalá hubiera tenido yo todo esto", pero todos los deportes tienen una evolución. Que lo disfrute y que lo aproveche al 100% porque está viviendo un momento mágico dentro de nuestro deporte.

¿Por qué crees que no se había incluido hasta ahora el kárate en los Juegos?

El kárate no es un deporte que tenga grandes sponsors detrás. Sí lo es el break dance que ha entrado ahora, el skateboard que tiene detrás marcas como Redbull y que inyectan mucho dinero y creo que eso tiene mucho que ver. Es un tema más económico desgraciadamente que realmente deportivo.

Sin embargo, tengo la sensación de que los japoneses se van a volcar al 100% en que la programación y el desarrollo del kárate dentro de los Juegos sea excepcional. Estuve viendo la ceremonia de apertura por la televisión japonesa y cuando salió España la única deportista a la que nombraron los comentaristas fue a Sandra Sánchez. En Japón, Sandra es un ídolo.

¿Crees que Sandra y Damián tienen bastantes posibilidades de llevarse alguna medalla?

Pondría mis dos manos en el fuego a que los dos van a llevarse una medalla. Mi apuesta es que Sandra va a ser oro y Damián plata.

Además eres la primera comentarista de kárate española en los Juegos…

Sí. De momento, la primera y la única porque después salimos del programa para los Juegos de París 2024. Es una presión, no quiero equivocarme, (risas) a ver si voy a pasar a la historia yo en vez de los deportistas por liarla. Me hizo mucha ilusión y cuando decidí quedarme y me llamaron de RTVE para comentarlos fue un pequeño consuelo porque al menos, aunque no viaje a Tokio porque con la situación de la pandemia es más fácil seguirlo desde aquí, formaré parte de este paso gigante para el kárate.

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¿Por qué se ha tomado la decisión de que el kárate no forme parte de los Juegos Olímpicos de París en 2024?

Eso querríamos saber todos los karatecas. Estamos hablando de un deporte que tiene cien millones de practicantes en el mundo. Fue un mazazo tremendo. Nos sacaron de un programa olímpico antes de debutar.

Hay 28 deportes fijos dentro del programa olímpico y luego hay otros cinco que elige cada comité organizador. Japón eligió el kárate–para quedarte como deporte fijo tienes que estar en dos Juegos seguidos– y nuestra esperanza era estar en París pero no fue así. De hecho, pueden elegir hasta cinco deporte pero París solo ha elegido cuatro. Es muy curioso porque Francia es una potencia en kárate y va a tener medallas casi seguro.

Su explicación ha sido que buscan unos Juegos "más de calle" y con deportes más seguidos y practicados por los jóvenes… pero en el kárate, el 70% de sus practicantes aproximadamente son menores de edad. Quieren modernizar los Juegos y darles un pequeño giro por eso han elegido el break dance, por ejemplo.

¿Todavía hay posibilidades de que rectifiquen y al final sí se incluya el kárate en los Juegos de 2024?

No, para París ya no. Nuestra esperanza es volverlo a intentar para Los Ángeles en 2028. Creemos que hay posibilidades para entonces porque Estados Unidos tiene posibilidad de conseguir medallas, entonces quizás en el 2028 les interese. Sin embargo, aunque consigamos estar para Los Ángeles, se pierde una generación de deportistas. Es una pena.

¿Hay una doble presión para Sandra y Damián al ser, de momento, los únicos karatecas olímpicos de España?

Yo les he preguntado esto mismo muchas veces pero ellos están muy acostumbrados a competir y a esa presión. De momento están tranquilos. Más que como una responsabilidad se lo toman como un nuevo objetivo, se sienten más apoyados y animados que presionados. Por la edad que tienen y las circunstancias esta es, muy probablemente, su única oportunidad en la vida de ser olímpicos. Sandra cumple 40 años este mes de agosto y Damián ha cumplido 37.

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¿Qué opinas de la decisión de Simone Biles de abandonar los Juegos por su salud mental?

Me parece un símbolo de fortaleza. Por un lado, yo lo miro desde el punto de vista del kárate y solo tenemos una oportunidad para estar en las Olimpiadas, así que creo que competiría con una pierna rota si hiciera falta, de hecho, he competido en un mundial con el femoral casi roto. Pero cuando sabes que vas a tener más oportunidades, el deportista debe tener claro que lo primero es su salud. Es una buena decisión.

Para mí, está dando ejemplo de que afortunadamente en el deporte de élite también se puede parar, igual que ocurre con la maternidad: puedes parar, tomarte un año para atender a tu hijo y después continuar, pero son cosas a las que no estamos acostumbradas. Poco a poco hay que ir rompiendo esos techos de cristal.

Ya que hablas de la maternidad y el deporte, Ona Carbonell denunció en redes que no le permitieron viajar con su hijo para compatibilizar la lactancia con su participación en los Juegos…

Sí. En este caso no estoy muy de acuerdo con Ona porque creo que si no le han dejado llevar a su hijo a los Juegos es por las circunstancias de la pandemia. Yo lo entiendo así. No creo que se la esté discriminando por ser madre pero si hubiera sido así en unos Juegos normales me habría parecido horrible. En este caso creo que Ona no tiene razón.

Sí hemos visto casos de contratos de jugadoras de fútbol o de baloncesto que se ven todavía truncados o desfavorecidos por el hecho de ser madres y me parece un horror. La mujer está mucho más afectada en este sentido.

¿Crees que se le está dando importancia a la salud mental de los deportistas? ¿Hay suficientes recursos destinados a esto?

Creo que poco a poco se va teniendo más en cuenta el papel que hace el psicólogo deportivo. Sandra y Damián tienen obligatoriamente citas semanales con el psicólogo para prepararles para la competición, para la frustración, la tolerancia al estrés… Cada vez están más preparados.

Creo que es muy importante prepararse psicológicamente para la retirada porque es uno de los momentos más duros en la vida de un deportista. El primer año después de retirarme no pude acercarme a un pabellón a ver un campeonato. Era incapaz. Se me venía el mundo encima. Cuando has hecho deporte a nivel de élite se convierte en toda tu vida. Le dedicas el 80% de tu tiempo: tus vacaciones, tus fines de semana… Cuando esa etapa de tu vida termina se te queda tal vacío que dices "¿y ahora qué hago?". Tuve que reestructurar mi vida y crear nuevos hábitos al retirarme con treinta y tantos. Es muy duro.

¿En algún momento te planteaste dejarlo?

Nunca. Nunca quise parar de hacer kárate pero sí he tenido momentos de querer parar de competir. Creo que todos los deportistas que han tenido una carrera deportiva larga y que han empezado desde muy jóvenes tienen momentos así. Hay tanta presión entre la vida profesional y la personal que a veces sí necesitas parar. Probablemente Simone Biles esté pasando por uno de estos momentos. No todos los casos son iguales, hay deportistas que no pueden parar porque saben que no van a volver a coger ese tren.

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