QUÉ HA PASADO
•El trasplante de médula de Öykü resulta un éxito.
•Demir no perdona a Ugur.
Las llamas se propagan rápidamente y Demir, Candan y Öykü quedan atrapados en el interior de la vivienda. Al enterarse, Ugur no duda en arriesgar su vida para salvar a sus amigos. Al amanecer, los bomberos logran apagar el fuego y Gokturk se derrumba al ver que su casa está en ruinas y lo ha perdido todo. “Estoy seguro de que el incendio fue provocado”, afirma cuando la policía le toma declaración.
Sus sospechas se confirman cuando uno de los vecinos le cuenta que vio merodear a un hombre con un bidón de gasolina. Con su descripción señala a Ahmet como culpable. “¡Voy a encontrar a ese maldito y le haré pagar!”, grita Demir muy alterado.
Candan va a la clínica y, como allí guarda algo de ropa, puede cambiarse. Mientras, Öykü se muestra preocupada por lo que harán ahora sin casa. “Empezaremos de cero, nada puede vencernos si estamos juntos”, le promete Demir. Más tarde, este recibe la llamada de Cemal para saber si se dejó en su casa la cartera: “Se habrá quemado. Ahmet provocó un incendio”, responde. De inmediato, su examigo va a verle y muestra su disposición a colaborar. “Sé que fui una mala persona y cometí errores. Déjame enmendarlos”, dice antes de salir en compañía de Öykü y Ugur a comprar ropa y libros.
Öykü enfrenta una triste despedida
De regreso a casa, la niña se pone triste cuando Candan se despide pues durante un tiempo se quedará en otro lugar: “Es lo mejor. No quiero ser una carga para Ugur”. Ajeno a esto, Demir se reúne con Cemal y Ugur y les pide ayuda para encontrar a Ahmet: “No estaremos a salvo mientras siga libre. Quiero castigarlo con mis propias manos”. Los hombres tratan de persuadirlo, pues el delincuente es muy peligroso, pero al final acaban aceptando con una condición: “Solo vamos a atraparlo y lo entregaremos a la policía”. Así, dejan de lado sus diferencias y se unen como en los viejos tiempos para conseguir su objetivo.
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