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El puente de las emociones es todo un clásico de ‘Supervivientes’. Una prueba que pone a los concursantes del ‘reality’ en una situación psicológica extrema, donde se tienen que abrir en canal y mostrar sus sentimientos sin ningún tipo de censura o maquillaje. La primera en cruzar esta peculiar pasarela ha sido Melyssa Pinto, que, con las emociones a flor de piel, no ha dudado en hablar sobre uno de los momentos más duros de su vida y que la han marcado por siempre. «Todo empezó cuando tenía unos quince años. Me miraba en el espejo y me daba repugnancia. Estaba obsesionada con el físico y las calorías. Siento que también hice a mi hermana estar mal con su físico porque yo era su reflejo, pero ella es más fuerte que yo y nunca ha tenido una enfermedad. He causado mucha pena a mis padres. He cambiado mucho y ahora estoy mucho mejor, pero es algo que siempre me hace sentir culpable porque ellos son mi vida y lo han pasado mal por mí», confesaba la joven con lágrimas brotando de los ojos.
Una experiencia que más tarde le ha afectado en su forma de socializar. «Creo que los celos que he tenido en mis relaciones es por mi falta de autoestima. Siempre he tenido la sensación de que todo es culpa mía» y declara que su paso por el ‘reality’ le ha ayudado a valorarse, ser más fuerte y, sobre todo, a abrir los ojos, «esta experiencia me está ayudando mucho más. He sido muy rebelde y quiero pedir perdón a mis padres porque ellos siempre han estado a mi lado».
Finalmente, tras contar sus vivencias no ha dudado en mandar un mensaje de luz para todos aquellos que están pasando por su misma situación. «Todos somos bellos, debemos querernos y no dudar en pedir ayuda». Un consuelo que demuestra que tras la tormenta siempre puede llegar la calma.
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