Nuevo escándalo en la familia real británica. El primo de Isabel II, el príncipe Michael de Kent, ha sido acusado de estar dispuesto a usar su estatus real como príncipe miembro de la familia real británica para vender acceso privilegiado al régimen de Vladimir Putin.
El príncipe se reunió a través de Zoom el pasado 3 de marzo con uno de sus mejores amigos, Simon Isaacs, marqués de Reading, y dos supuestos inversores de Corea del Sur que querían contratarlo por 10.000 libras al día para que mediara en sus negocios con el presidente ruso. En concreto, querían vender oro y el príncipe Michael, desde su residencia en el Palacio de Kensington, aceptó “muy emocionado” el trato a cambio de una tarifa, rectificó el príncipe, de 200.000 dólares. Los inversores surcoreanos, propietarios de una empresa ficticia llamada House of Headong, resultaron ser periodistas que investigaban para The Sunday Times y Channel 4, que emitirá este lunes el reportaje titulado Royals for Hire, los supuestos negocios del primo de la reina con el régimen de Putin.
Según desvela este domingo The Sunday Times, los periodistas intentaron esta misma operación con cinco miembros de la familia real pero solo Michael de Kent dio su visto bueno a una discreta mediación con Putin. “Creo que, si puedo decir esto, es un poco discreto, estamos hablando de forma relativamente discreta aquí, porque no quisiéramos que el mundo supera que está viendo a Putin por razones puramente comerciales, si me siguen”, advirtió el marqués de Reading a los periodistas una vez salió de la reunión el príncipe a quien Reading describió como “embajador no oficial de su majestad en Rusia”.
El príncipe ha negado las acusaciones y ha asegurado que no tiene ningún tipo de relación especial con Putin, con quien no mantiene contacto, ni con él ni con nadie de su equipo, desde 2003. “Lord Reading es un buen amigo, que hizo sugerencias que el príncipe Michael no hubiera querido o no hubiera podido cumplir", ha explicado un portavoz.
El marqués, por su parte, ha lamentado lo ocurrido: “Pensé que el acercamiento de House of Headong era genuino y solo estaba tratando de facilitar una presentación a mi amigo el príncipe Michael. Cometí un error y prometí demasiado y por eso estoy realmente arrepentido”, se ha excusado.
Michael de Kent, de 78 años, ha representado a la reina en eventos en el pasado pero no recibe financiación de la subvención soberana que sale de las arcas británicas. Su protección, tanto en el Reino Unido como en el extranjero, sí se financia con fondos públicos y, según The Sunday Times, en ocasiones se ha alojado en la embajada británica cuando ha viajado a Rusia. Condecorado por el Kremlin con la Orden de la Amistad por su trabajo por las relaciones anglo-rusas, trabaja como consultor en su empresa Cantium Services. Se ha dicho que es un miembro de la familia muy querido por Isabel II. Nieto del rey Jorge V, fue paje de la boda de la reina con el duque de Edimburgo y ha presenciado en numerosas ocasiones junto al resto de la familia el Trooping the Colour desde el balcón del palacio de Buckingham.
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