Sin duda, está siendo una semana de lo más intensa para Albert Rivera. El lunes, tras el descalabro de Ciudadanos en las Elecciones Generales, se ponía ante la prensa para anunciar que se apartaba de la política y de la vida pública. Ponía fin así a un ciclo en su camino profesional, pero sabiendo que la otra parte, la del terreno sentimental, está en orden.
Albert cumple hoy 40 años (esto es lo que dice su carta astral) en medio de ese tsunami en el que Malú se presenta como tabla de salvación y compañía para redirigir el rumbo. La cantante, discreta como en todas sus relaciones, no ha hecho acto de presencia en ningún momento, salvo el pasado verano, cuando se empezó a hablar de crisis entre ellos y quiso zanjar los rumores saliendo a su lado del hospital tras el ingreso por un problema gastrointestinal.
Ella es con quien va a pasar su cumpleaños. O eso parecen apuntar todas las pruebas, porque hace unos días fueron localizados rumbo al sur (otros dicen que Portugal, uno de los escondites preferidos del expolítico) juntos. Una escapada que podría servir para alejarse de ese foco mediático al que están expuestos desde que el pasado mes de febrero saltara su relación y para celebrar de manera íntima una cifra tan redonda.
Lo cierto es que, si ella va a ser su mejor regalo en este aniversario (por cierto, el suyo no está lejos de pasar, porque hay quienes aseguran que Albert rompió con su anterior pareja, Beatriz Tajuelo, a finales del año pasado porque ya había emergido la figura de la cantante), él correspondió en su discurso de dimisión con unas palabras en las que le reconocía el mérito de haber sido su apoyo en los momentos de zozobra.
Cambiar de década justo cuando su horizonte profesional tiene que volver a dibujarse, parece una auténtica señal del destino. Como lo fue que Malú apareciera en su vida para convertirse en el centro de su estabilidad en tiempos de crisis.
Fuente: Leer Artículo Completo