Tiene 60 años, se llama José Antonio Arias García y está dispuesto, después de muchos años intentándolo por las buenas y ante el ‘boom’ de las demandas de paternidad contra famosos, a reclamar por vía judicial que Curro Romero acepte que es hijo suyo o, al menos, que así lo determine un juez.
Ha sido en una entrevista con la revista ‘Pronto’ donde José Antonio ha explicado que el exdiestro mantuvo un ‘affaire’ con una bailarina de cabaret, María del Carmen, a la que dejó embarazada. Una vez que esta le comunicó que estaba esperando un hijo, Curro desapareció y se desentendió. Hasta el punto de que, hace 38 años, tuvo un contacto con él y le reprochó que no podía dar por seguro que fuera su padre.
«Creo que su familia le dijo que no se hiciera las pruebas. Concretamente, por unas declaraciones que leí en su día, creo que fue su madre, mi abuela, la que puso la venda antes de la herida. Y las hermanas también influyeron», explica en esa entrevista José Antonio, que está dispuesto a llegar hasta el final para que se le reconozca.
Este ha aportado una prueba de ADN con una coincidencia del 99,98% a partir de un cigarrillo tomado de la basura de Conchita Romero López, hija de Curro. Algo muy similar a lo que hizo Javier Santos para demostrar que Julio Iglesias era su padre en ese juicio que parece va a durar para siempre.
Otro caso reciente, en el que la justicia dio la razón al hijo que iba en busca de su padre, fue el de El Cordobés. Tras años negando que Manuel Díaz fuese su hijo, a Manuel Benítez no le quedó más remedio que aceptarlo. Porque hay veces que no solo el ADN, sino las evidencias físicas, son más contundentes que las palabras.
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