Convertirse en el defensor más ofensivo de la familia real británica tiene un precio y Piers Morgan lo acaba de comprobar. Tras dos años de intensa campaña en los medios de comunicación contra los duques de Sussex, especialmente centrada en Meghan Markle, Piers Morgan ha tenido que renunciar a su espacio en la televisión británica. El periodista más crítico y activo en redes sociales contra la pareja formada por la Meghan Markle y Enrique de Sussex ha recibido 41.000 quejas por culpa de los comentarios que vertió contra la ex actriz de Suits a raíz de la entrevista que concedió a Oprah Winfrey y en la que habló de racismo en la familia real británica y de sus propios problemas de salud mental.
Mientras tanto en Londres como en Estados Unidos se quedaban sin aliento ante las declaraciones de la pareja, Piers Morgan aprovechó su espacio en el programa Good Morning Britain para afirmar que “no se creía nada de lo que dijera Meghan Markle” justo antes de tener una pelea con sus compañeros de plató que se resolvió con él abandonando el programa. Y parece ser que el abandono va a ser para siempre y está tan motivado tanto por las quejas de los televidentes como por una carta de la propia Meghan Markle. ¿Pero cómo comenzó la enemistad entre Piers Morgan y la actual duquesa de Sussex y qué ha propiciado que se cambiaran las tornas?
Para cuando se esparcieron los rumores de la pelea entre Kate Middleton y Meghan Markle a cuenta de los trajes de las niñas de las flores de la boda la deportividad había desaparecido por completo: el periodista aseguraba en todas las plataformas y medios de comunicación que se lo permitían que Meghan Markle era una manipuladora aficionada a hacer ghosting a la gente que ya no le servía para nada y afirmaba que habían sido amigos durante dos años antes de que conociera a Harry.
No había titular contra Meghan Markle que Piers Morgan no apoyara con un tuit. Hasta llegó a acusarla de ofender a Donald Trump en su visita a Reino Unido cuando en realidad Meghan Markle acababa de dar a luz a su primer hijo y estaba de baja por maternidad.
Las declaraciones sobre salud mental de Meghan Markle fueron el final (televisivo) de Piers Morgan
Después de cinco años de columnas ofensivas, mensajes en Twitter y espacios televisivos enfocados casi en exclusiva contra Meghan Markle y su matrimonio, llegó el momento de hablar de la entrevista que los duques de Sussex concedieron a Oprah Winfrey… y como no Piers Morgan lo dio todo, pero esta vez se equivocó.
Cuando Meghan Markle confesó en la entrevista que había tenido pensamientos suicidas la respuesta de Piers Morgan fue: “no creo una palabra de lo que dice Meghan Markle. No la creería ni aunque me leyera un parte metereológico”… y se lió.
Su compañera de plató afirmó en su presencia que su reacción ante una persona que acababa de confesar tales problemas era lamentable; el ministro de Salud de Gales, Vaughan Gething, describió sus declaraciones como «totalmente inaceptables, increíblemente desagradables y exactamente donde no deberíamos estar en el debate y el discurso público»; 41.000 espectadores se quejaron a la cadena ITV… y la propia Meghan Markle escribió una carta preocupada por el posible impacto que esos comentarios sobre salud mental pudieran tener en la gente que estuviera pensando pedir ayuda.
Piers Morgan respondió levantándose del plató y contestando en Twitter: “Mucha gente aquí quiere que me despidan por expresar mi opinión sobre la princesa Pinocho. Si quieres unirte a ellos, hay varias peticiones que siguen circulando desde las últimas veces que todos intentaron, y fallaron, que me despidieran por decir lo que pienso”. Pero al final, sí le han despedido de ITV.
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