No solo es importante encontrar los cosméticos que mejor le van a nuestra piel, sino que también es muy importante aplicarlos de la manera adecuada para incrementar su eficacia. Lo primero es saber el orden correcto en el que van todos los integrantes de tu rutina de belleza facial diaria y después también hay que saber algunos truquitos de aplicación; sobre todo en el caso del contorno de ojos para evitar arrugas, bolsas y ojeras, y en el sérum, ya que es el paso más potente.
Lo normal es que, tras limpiarte el rostro lo seques bien antes de aplicarte el sérum. Sin embargo, los expertos en piel aconsejan que es mejor que dejes tu piel algo húmeda, sobre todo cuando te apliques determinados serums de base acuosa. “Tan solo tienes que dejar tu rostro sin secar del todo después de limpiarlo y, te apliques el suero directamente sobre con la piel”, explica Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8.
“Cuando la piel se acaba de limpiar su humedad aumenta la permeabilidad del tejido y es afín con la base de los sueros acuosos”, añade Raquel González, directora de educación de Perricone MD. Esto se debe a que el agua atrae el agua, haciendo que esa humedad sirva de imán a un suero de este tipo. “Además, cuando te limpias el rostro eliminas el exceso de grasa de la piel. En el lapso de tiempo que trascurre desde que esto sucede hasta que ese sebo se vuelve a equilibrar, la barrera oleosa está menos fuerte, permitiendo la mejor penetración de los sueros acuosos”, concluye. Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza.
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