Cuarzo, amatista o jade no solo forman parte del imaginario joyero. Estas piedras de las que todo el mundo habla (al menos en redes sociales) son el elemento principal de los rodillos cosméticos. Últimamente parece que, si no tienes uno, no eres nadie. Pero, ¿qué son? Aunque acaban de ponerse de moda por aquí, esta herramienta beauty ya se usaba con fines medicinales y terapéuticos en China en el siglo VII. Puede parecer simple, pero sus beneficios son múltiples. “Durante siglos, esta piedra ha formado parte de los regímenes de belleza para reducir las arrugas y finas líneas de expresión, calmar las rojeces o liberar tensión de manera natural”, explica Estefanía Nieto, especialista en productos de belleza y formadora de Omorovicza. “Desde su mango hasta sus sujeciones metálicas, esta joya es, además de agradable a la vista, gustosa al tacto y beneficiosa para la piel”, asegura.
El contacto de la piedra con la piel del rodillo puede ayudarnos a mantenernos más jóvenes. Así lo corrobora Raquel González, directora técnica de diversas marcas de cosmecéutica como Perricone MD: “con la presión adecuada, aumenta la microcirculación y estimula el drenaje linfático, al tiempo que reduce las inflamación y mejora la elasticidad de la piel”, tal como explica la especialista.
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Este pequeño aparato de masaje para cuello y rostro que ayuda a desinflamar y purificar la piel está compuesto en sus extremos por dos piedras. Una más grande para tratar frente, pómulos y rostro, y otra, más pequeña, para combatir la acumulación de líquido alrededor de los ojos. Su eficacia hace que se use tanto en centros especializados como en casa: “Lo utilizamos en cabina con sueros o hidratantes para activar la microcirculación y reforzar el efecto lifting. Además, en casa permite un cierto ahorro puesto que, cuando ponemos una crema y la aplicamos únicamente con las manos, parte de ella se queda en la yema de los dedos. Si usamos el roller, como no es absorbente, permite aprovechar el producto para que penetre en su totalidad sobre el tejido del rostro”, dice la directora técnica de Omorovicza
Para aplicarlo en casa, Nieto recomienda seguir un protocolo y no abusar con la presión que se aplica. Aquí van sus consejos:
1.Poner producto. Aplicar suero, aceite facial, crema hidratante o incluso una mascarilla (de absorción) sobre el rostro limpio y seco.
2. Medir la presión. Empezamos a usar el rodillo midiendo bien la presión para que su función sea regeneradora y energizante y para nada invasiva.
3. Las zonas clave. Comenzamos en la zona de la frente, haciendo movimientos en sentido ascendente y hacia los extremos de las sienes, fomentando el mismo efecto que lograríamos con un lifting. Después pasamos a la zona de las mejillas y la mandíbula. Siempre siguiendo del interior del rostro hacia fuera y en sentido ascendente. Terminamos en el cuello. En sentido de nuevo ascendente, para evitar la caída del tejido.
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